Quizá nadie que haya tenido entre sus manos el libro ‘Biota Máxima, Ecuador biodiverso’ haya dejado de soltar una exclamación de asombro y alegría ante su belleza.
Adjetivos sobran, y curiosidad también, sobre todo por saber cómo se hace un libro de estos y quiénes son los responsables. Lo averiguamos.
En su oficina del edificio de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica, un menudo y blanquísimo Olivier Dangles cuenta, en un muy buen español, con pelos y señales lo que significó para él y su compañero Francois Nowicki, la aventura de armar ‘Biota’ desde cero, con algo más que la ayuda, se puede decir con la complicidad, de la diseñadora ecuatoriana Belén Mena.
Las fotos las empezó a tomar Olivier hace más de cuatro años, cuando llegó al Ecuador, sin sospechar siquiera que haría un libro. El 80 por ciento de las imágenes del libro son de su autoría.
Anécdotas hay muchas, como aquella de la tortuga charapa y la abeja solitaria a las cuales Olivier descubrió en un acto hasta ese momento desconocido para él: la abeja tomaba las lágrimas de la tortuga; “Yo no sabía qué pasaba, pero igual empecé a disparar. Luego busqué información y descubrí que esa era la manera de la abeja de proveerse de sodio, tan escaso en la Amazonía”.
O la sensación de paz que inundaba a Francois, mezclada con la inevitable conciencia de su pequeñez frente al mundo, inducida por los parajes desprovistos de cualquier huella humana. Para él, quizá quede un único pendiente: superar la dificultad de transmitir las emociones sentidas, en cada salida de campo, a través de una fotografía.
Para Belén, en cambio, el reto estaba fuera del campo. “A diferencia de otros libros de mesa que he diseñado, la información extensa tenía que incluirse de forma armónica con la gráfica y llegar amigablemente a los lectores de todas las edades”.
Ustedes pueden conocer a Belén, Francois y Olivier en la versión o web de Siete Días, donde encontrarán sus fotos y sus testimonios de su experiencia de hacer este libro. Por ejemplo, sabrán que Olivier, casi siempre viajó con su familia; que Francois vino solo el último año para participar del libro; y que Belén se enamoró de la idea, apenas Olivier le propuso trabajar juntos…