Hombres armados mataron a cinco trabajadores de la campaña de una candidata a las elecciones parlamentarias de septiembre en Afganistán, dijeron ayer funcionarios, otra señal de creciente inseguridad mientras Washington se prepara para revisar su estrategia de guerra.
La muerte de las cinco personas -de un grupo de 10 secuestrados en la occidental provincia de Herat- fue confirmada horas después de que un candidato a los comicios del 18 de septiembre de la misma zona, Haji Abdul Manan, fuera asesinado a balazos mientras se dirigía a una mezquita a orar. Manan fue el cuarto candidato en morir en actos de violencia.
Las elecciones serán una prueba de estabilidad en el país, donde la violencia está en su peor nivel desde el derrocamiento de los talibanes en el 2001 y pese a la presencia de casi 150 000 soldados extranjeros que apoyan cerca de 300 000 efectivos de las fuerzas de seguridad afganas. Las malas condiciones de seguridad, particularmente en bastiones talibanes en el sur y el este, ya representan el mayor desafío para los comicios.