A veces la enfermedad suele estar de dolor e impotencia. Sin embargo, para el migrante ecuatoriano Fabián Carrera, resultó ser una enseñanza de vida que le ayudó a descubrir su vocación y amor por la guitarra. Labor que ahora complementa con obras de voluntariado social en clínicas de EE.UU. Esto le ha valido un reconocimiento del gobierno americano.
La poliomielitis obligó a que sus padres lo llevaran, desde los nueve meses, a tratar su enfermedad en Quito, desde su natal Cuenca. Durante cinco años la poliomielitis marcó su vida y le causó una parálisis de sus brazos y piernas, obligándolo a utilizar una prótesis de por vida. Pero poco a poco recuperó el movimiento de su cuerpo.
“Jamás creí que por tener un apoyo ortopédico en la pierna significaba tener algo ortopédico en el cerebro”, dice Fabián.
Durante su convalecencia, oyó a su papá, Ulpiano Carrera, entonar melodías en su guitarra que dejaron una huella de fascinación en sus sentidos desde los 6 años. Por eso su padre le enseñó los primeros acordes y arpegios musicales.
Años más tarde, la capital puso en su vida al Conservatorio Nacional de Música. El estudio académico contribuyó a moldear su formación en guitarra clásica. Inspirado por el maestro y concertista internacional, Andrés Segovia, continuó cultivando el arte de la interpretación con su inseparable amiga ‘la guitarra’.
“Sobre el Conservatorio tengo las más bellas memorias, cada vez que iba allá me parecía que iba a un lugar mágico donde mis sueños y aspiraciones musicales se harían una realidad”. Y así fue… Fabián llegó a convertirse en un maestro e intérprete de este género musical.
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Gracias a este talento fue partícipe de varios festivales y dictó clases magistrales, lo que le permitió colaborar como solista invitado con la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta Sinfónica Southwest Washington, entre otras.
En el 2002 se trasladó a Washington D.C. para ofrecer conciertos de guitarra clásica. Durante algunos años realizó trabajos como el ensamble de guitarras con orquestas de la talla de “The Baltimore Classical Guitar Society”.
Pero también Fabián se inclinó por la ayuda social. Cumplió 462 horas como traductor para en la clínica “Cowlitz County Free Medical Clinic” que se dedica a tratar a personas de bajos recursos económicos desde el 2005.
Gracias a este voluntariado, obtuvo un reconocimiento presidencial de EE.UU. denominado “President’s Volunteer Service Award” el 25 de abril de este año. Este premio se otorgó a los estudiantes que contribuyeron con más de 100 horas de servicio voluntario ininterrumpido y se les entregó los siguientes reconocimientos: un botón de bronce, un certificado y una carta personal del presidente Barack Obama. En julio se realizará una ceremonia oficial para la prensa, el público y autoridades oficiales.
“Jamás me imagine que mi actividad de voluntario llegara a ser valorada de esta manera, ya que mi única intensión fue promover la bondad y mejorar la calidad de vida de las personas”.
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En la actualidad, este ecuatoriano estudia un doctorado en “Guitar Performace” en la Universidad de Miami. Además gestiona su nacionalización en los EE.UU.