Argentina y Perú pusieron fin a 16 años de enfriamiento diplomático ayer, con una “visita de desagravio” a Lima de la presidenta Cristina Kirchner, por la venta de armas a Ecuador en 1995.
“Siento que esta visita es de desagravio institucional y de reparación histórica”, dijo la Mandataria en el Palacio de Gobierno ante su homólogo peruano, Alan García.
El objetivo es “superar enojosos y viejos episodios que ni vale la pena mencionar…”. La Presidenta se refirió así a la venta a Ecuador de 5 000 fusiles y cartuchos en plena guerra que libraba con Perú, pese a que Argentina era una de las cuatro naciones garantes de paz y se había decretado un embargo a la venta de armas a los dos países.
Para ella, eso fue particularmente injusto puesto que en 1982 Perú “tuvo un gesto único en toda América del Sur cuando sucedió lo de (la guerra de) las Malvinas de poner a disposición de Argentina aviones, pilotos y misiles para combatir al último enclave colonial en América”.
García respondió que tras un “largo tiempo de enfriamiento y de distancia”, lo llenaba de satisfacción recibir a la Presidenta de Argentina “y poner punto final a un enojoso incidente que no debió ocurrir”.
Tras una reunión de 45 minutos, los mandatarios presenciaron la firma de 13 convenios de cooperación y de un acuerdo de asociación estratégica para incrementar los lazos comerciales, culturales y educativos.