China publicó más de 110 000 documentos confidenciales de las autoridades y el ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial, entre ellos algunos que prueban la existencia de ‘esclavas sexuales’ que sirvieron a los soldados nipones durante la guerra.
Según indica hoy, 27 de abril, la prensa estatal, los documentos, difundidos ayer, incluyen cartas escritas por soldados japoneses, artículos de periódicos y archivos militares recogidos en la década de 1950, además de numerosas fotografías.
China publicó el material por primera vez debido a que la editorial ‘China Thread-binding Books’ compró los derechos de los documentos, un material que Estados Unidos recopiló tras la guerra pero que devolvió a Japón en 1979.
El material ofrece, según la prensa estatal, “pruebas concluyentes” de que miles de mujeres, procedentes tanto de China como de la península de Corea, eran utilizadas como esclavas sexuales de los soldados de las tropas niponas.
El Ejército japonés “asignó proporcionalmente a las mujeres dependiendo del despliegue de las tropas, y en algunos casos la proporción era de una para 200 soldados”, destacó la agencia oficial Xinhua.
Entre los documentos también hay partidas de gasto aprobadas por el ejército nipón para el establecimiento de los burdeles, según Xinhua.
Tokio negó durante años el sistema de esclavitud sexual militar, pero lo reconoció y se excusó en 1993 cuando salieron a la luz pruebas claras, aunque tanto China como Corea consideran que aquellas disculpas no fueron sinceras y reclaman unas indemnizaciones a las víctimas que el Gobierno nipón se niega a pagar.
De hecho, hace un año el alcalde de la ciudad de Osaka, Toru Hashimoto, definió a las víctimas de este sistema de burdeles como “una necesidad” de los “valientes soldados”, algo que enfureció a los gobiernos de sus países vecinos.
Los archivos publicados también dan detalles sobre la masacre de Nankín (diciembre de 1937) en la que el Ejército japonés invadió la ciudad china y en las seis semanas siguientes sus tropas incendiaron, saquearon, violaron en masa a decenas de miles de mujeres y asesinaron entre 150 000 y 340 000 personas, según distintas fuentes históricas, aunque algunos líderes japoneses han insinuado que la cifra “se exageró”.
La publicación de estos archivos coincide en un momento tenso en las relaciones entre ambos países, no solamente por tales desavenencias históricas, sino por el conflicto territorial en torno a las islas Senkaku/Diaoyu (controladas por Japón pero reclamadas por China), situadas en el Mar de la China Oriental.