alta pintura con brocha gorda

Dice el adagio popular que en la cartera de una mujer se puede encontrar de todo. Y las nueve estudiantes de la carrera de diseño de interiores del Instituto Metropolitano de Diseño que llegaron a las instalaciones de Pintuco para recibir clases sobre técnicas de color, lo confirmaron.Además del maquillaje, el teléfono celular, las llaves de todo, la billetera... había un rodillo, un rollo de cinta adhesiva, una toalla, cuadernos y lápices. También tenían tableros pequeños de MDF que servirían como sus superficies o áreas a trabajar. Preparadas para el aprendizaje, primero vino la parte teórica. Los detalles de cómo aplicar varias técnicas de pintura se imprimían en los cuadernos. Algunos datos necesarios se escribían en hojas aparte, tipo polla, para cuando llegue la práctica. Alrededor de una hora, las aprendices recibieron los ‘tips’ de un buen acabado. Incluso vieron videos para poder tener una mejor idea de las aplicaciones.Luego llegó el momento de ponerse los mandiles y sacar las herramientas de los bolsos. Pequeños recipientes con agua se ubicaban al frente de cada una de las estudiantes. Tableros de MDF eran las superficies en donde se aplicarían los tintes. “Cuando tenemos herramientas nuevas, la recomendación es humedecerlas para que el utensilio pueda aplicar de mejor manera la pintura o textura”, explicaba María Guerra, de Pintuco.El proceso comenzó con la aplicación de la base. “Deben hacerlo con la forma de una Y para luego aplicar el color sobre la superficie”, decía Ángela Pérez, la profesora. En medio de las risas, las estudiantes seguían las instrucciones atentamente. El grupo es numeroso, comentaba Guerra, pero es bueno, replicaba Pérez. En total son 11 los estudiantes de la materia de materiales y acabados de la construcción, en cuarto nivel. Sin embargo, ese día faltó uno de los alumnos principales y el único hombre de la clase, Johnny. El taller se adelantó porque otro de los profesores del Instituto quiere que el curso haga sus prácticas en casas, entonces deben conocer la materia. “La idea de darles estas charlas se basa en el afán de que los estudiantes aprendan todas las claves para desarrollar sus habilidades”.Detrás de los tableros, cada una puso su nombre. Esto es porque después de dos días, las alumnas volverían a su clase para dar el acabado final a su pequeña muestra.

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