El discurso que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, tiene previsto para el sábado en la ciudad alemana de Colonia, a pocos días de la tragedia minera de Soma, se ha convertido en un problema político que repercute entre los anfitriones de Berlín.
Erdogan visitará Colonia en vísperas de la elección europea y con la mirada puesta en la elección presidencial de su país, cargo al que presentará su candidatura.
Luego de la tragedia minera de Soma con más de 300 muertos, cada vez son más los políticos alemanes que están pidiendo a Erdogan que desista de una intervención pública por conveniencia política.
Incluso el gobierno de la canciller germana, Angela Merkel, ha tomado la iniciativa pidiendo “moderación” al primer ministro turco durante su visita a Alemania. “Esperamos una intervención sensible y responsable” , dijo hoy en Berlín el portavoz de la canciller, Steffen Seibert.
Menos diplomático fueron los dirigentes de la CDU/CSU, que pidieron “un paso atrás” de Erdogan para que cancele o postergue su visita luego de la tragedia minera.
La visita del premier turco es “inaceptable” en vísperas de las elecciones europeas, atacó al secretario general de la CSU Andreas Scheuer.
Su colega de la CDU, Peter Tauber, fue menos categórico pero coincidió en que Erdogan “debe pensar cuidadosamente si intervenir o no” durante su visita a Colonia.
Pero no es sólo el centro-derecha que expone públicamente su rechazo a Erdogan, pues los socios socialdemócratas (PSD) de coalición gobernante, junto con los Verdes y la izquierda de Die Linke, han criticado la visita del Primer Ministro turco.
El alcalde de Colonia, Juergen Roters (SPD ) , anticipó que “no quiero conflictos de política interna de Turquía y la probabilidad de violencia en nuestra ciudad” . El ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, ha tratado de moderar el tono: “Nuestra democracia puede resistir si Erdogan debe responder a las preguntas de sus compatriotas” residentes en Alemania.
De acuerdo con el programa oficial de Erdogan debe intervenir en Colonia el sábado en el evento para el décimo aniversario de la Unión de Demócratas Turco-Europea.
Pero hay muchos que esperan que el primer ministro aproveche la ocasión para hacer campaña para las elecciones presidenciales en agosto ya que este año, por primera vez después de las reformas constitucionales, podrán votar los turcos que viven en Alemania .
Además de la controversia política, hay un problema de orden público: la policía se está preparando para una movilización de cerca de 10 mil manifestantes contra Erdogan.