Alarma y polémica en Argentina por linchamientos a delincuentes

Una sucesión de linchamientos de delincuentes que han tenido lugar en los últimos días en Argentina generó hoy 1 de abril un cruce de acusaciones entre el Gobierno y la oposición, sobre quién tiene la responsabilidad en la respuesta ciudadana a la situación de inseguridad que vive el país.

En una rueda de prensa, el jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, descartó hoy que esas situaciones violentas, que comenzaron la semana pasada en la ciudad de Rosario (provincia de Santa Fe)y se replicaron este lunes en Buenos Aires, se deban "a la ausencia del Estado".

Capitanich respondía a las declaraciones del líder del opositor Frente Renovador (FR), Sergio Massa, quien subrayó, en unas declaraciones a los medios, la necesidad de construir "un Gobierno que garantice el Estado de Derecho y el cumplimiento de la ley", así como políticas den respuesta a las necesidades de la sociedad.

Para Massa, aspirante a ocupar la Presidencia argentina en 2015, "la violencia general debe preocupar y ocupar a todos los argentinos", porque "sin duda, cualquier intento de justicia por mano propia debe ser repudiable y absolutamente condenable".

El jefe de Gabinete calificó las palabras del líder del FR de "un simplismo de carácter absurdo" y destacó que la cantidad de efectivos de seguridad a nivel nacional supera los 100 000 agentes y las provincias reúnen 205 000 efectivos.

"El Estado no solamente interviene (en seguridad) a través del poder ejecutivo, sino que también implica la responsabilidad de los poderes judicial y legislativo. Existe un conjunto de leyes que deben ser implementadas por el poder judicial, que debe actuar rápidamente frente a este tipo de cuestiones", dijo Capitanich.

Durante la presentación este lunes de un plan gubernamental para prevención y recuperación de adicciones, la presidenta argentina, Cristina Fernández, condenó los hechos violentos de los últimos días y abogó por la inclusión como forma de combatirlos.

"El que se siente en la periferia siente que esta sociedad le soltó la mano. Y cuanto mayor es el grado de exclusión, mayor es el grado de violencia, que es lo que queremos evitar", aseveró Fernández, quien pidió llegar "siempre por las buenas, nunca por las malas" al entendimiento político.

En unas declaraciones a una radio local, el titular de la Secretaría para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), el sacerdote católico Juan Carlos Molina, alentó a "frenar rápidamente la cultura de violencia" que, a su juicio, es la que genera los linchamientos a los delincuentes.

"El linchamiento te convierte en un asesino y, si no, mínimo en un vengador", afirmó.

Por su parte, el juez Eugenio Zaffaroni, miembro de la Corte Suprema, sostuvo que "los linchamientos no son ajusticiamientos sino homicidios calificados".

"Una cosa es detener al sujeto y ejercer una cierta violencia para lograr esto. Y otra cosa es matar a patadas a una persona", diferenció Zaffaroni en declaraciones a Radio Nacional.

La semana pasada un delincuente falleció en Rosario, a unos 300 kilómetros de Buenos Aires, como consecuencia de los golpes que le propinó un grupo de vecinos tras haberle robado la cartera a una mujer que caminaba con su hija.

Este linchamiento fue el último de una sucesión de palizas que, en parecidas circunstancias, tuvieron lugar en esa ciudad del centro del país, donde el narcotráfico ha elevado los niveles de inseguridad en el último año.

Este lunes el barrio de Palermo de Buenos Aires fue el escenario de un nuevo acto violento protagonizado por un grupo de vecinos que patearon a un ladrón después de un robo.

A estos casos se suman otros tres conocidos hoy: una paliza que recibió un asaltante en la norteña provincia de La Rioja; una golpiza que recibió una arrebatador en la central Córdoba; y una paliza que propinaron en Rosario a un adolescente al que acusaron de intentar robar a un peatón.

Según medios locales, los casos de agresiones físicas en la vía pública a supuestos delincuentes suman diez en los últimos nueve días.

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