agustín eusse. editor sección mundoPoco antes del 12 de marzo del 2010, la popularidad del presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, que dejará el poder dentro de nueve meses, era la más alta que nunca antes había tenido, con 76% de aprobación de su gobierno, según un sondeo de Datafolha.
El gobierno de Lula alcanzó su mayor nivel de popularidad desde que el ex obrero metalúrgico llegara al poder en enero del 2003 y es asimismo el mejor resultado de un presidente desde 1990, destaca Datafolha.
No obstante, pese a los sondeos a su favor, en las semanas previas y en las posteriores Lula da Silva ha sido blanco de críticas por sus declaraciones ambiguas expuestas en diversos escenarios políticos internos y externos. Uno de los primeros desaguisados fue su pronunciamiento al comparar a los presos de conciencia de Cuba con los delincuentes comunes detenidos en las cárceles.
En esa misma lógica, y después de que Lula ha sido considerado un estadista de izquierda equilibrado y tolerante a las críticas, incluso alejado de los discursos radicales de Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolivia) y Rafael Correa (Ecuador), el Mandatario brasileño dio síntomas de un viraje en su política internacional al afirmar que es necesario dialogar con Irán y la organización palestina Hamas para alcanzar la paz en Oriente Medio, y anunció que tratará el tema con China y Rusia.
“Quién tiene influencia sobre Hamas? Irán. Entonces alguien tiene que hablar con Irán”, expresó Lula. De esa forma Lula da Silva, que el 15 de mayo se reunirá con su colega Mahmud Ahmadinejad en Teherán, justificó la necesidad de incorporar a ese país a la mesa de negociaciones sobre Oriente Medio. Lula destacó el peso iraní en la región al decir que “hay que comprender la importancia de un país de 80 millones de habitantes”. Sin nombrar directamente a EE.UU., que está en litigio con Irán, aseguró que no admitirá presiones de Washington que impidan su relación con el Gobierno de Teherán.
Brasil -subrayó- no puede dejar de conversar con fulano porque alguien lo diga. “Brasil era tratado como un país de segunda categoría por seguir en el pasado consejos de las potencias”.
Así como lo hizo en marzo, cuando realizó una gira por Israel, los territorios palestinos y Jordania, Lula objetó, el 6 de abril, el formato del diálogo de paz actual, comandado por el “cuarteto”, que integran EE.UU., Rusia, la ONU y la UE.
“Me cansé de ver presidentes norteamericanos apretando las manos de presidentes palestinos y de Israel, después ganan el Premio Nobel de la Paz, y al día siguiente la guerra continúa”, expresó Lula. Analistas consultados por el diario Folha de Sao Paulo prevén que Brasil y EE.UU. expresarán posiciones divergentes sobre Irán la semana próxima, durante la cumbre sobre seguridad nuclear que se hará en Washington, a la que asistirá Lula.
Lo extraño es que pese al cambio duro de posición de Lula, su país y Estados Unidos tienen previsto firmar el lunes 12 un acuerdo de cooperación en el área de la defensa.