Ahora, Venezuela

Todas las miradas convergen en Venezuela. Esta semana las protestas ganaron la calle. Hizo eclosión la carga acumulada por la falta de alimentos, medicinas, papel higiénico, y la suma de dos violencias: crimen y política.

La protesta trajo muertos. Seres humanos, más allá de sus ideas y militancia, gente con ilusiones truncadas. La Guardia Nacional, de facha pretoriana, reprimió. Fue férrea la 'manu militari' de un Régimen que nació de una intentona de golpe de Estado, que se 'legitimó' en las urnas y se prolongó por el carisma de su líder populista y por reelecciones continuas, cuya falta de limpieza siempre se denunció ante el continente.

Ahora, muerto el líder, el sucesor es solo su remedo. Le estalla la crisis y solo sabe reprimir como respuesta, dar discursos grandilocuentes y herir de muerte a la libertad.

Ya ahogan a los diarios limitando el papel, cierran la señal para los venezolanos del canal internacional NTN24.

Órganos 'legales' bloquean a los medios nacionales y los amenazan. Cortan, como en las dictaduras más atrabiliarias, las imágenes de manifestaciones por las redes sociales. V enezuela es una olla de presión que hierve a fuego cada vez menos lento.

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