El asesinato de una reina de belleza modificó la agenda venezolana e hizo a un lado la cruzada contra la “guerra económica” del Gobierno chavista. El Régimen se abocó al problema de la inseguridad y propuso un plan de pacificación en uno de los países más violentos del mundo.
La inflación del 56%, la escasez de productos básicos, el enorme defícit fiscal, la caída de la producción petrolera y el desbocado mercado paralelo del dólar quedaron a un lado tras el homicidio a balazos dentro de su automóvil de la ex Miss Venezuela y actriz Mónica Spear (29 años) y su pareja Thomas Berry (39), en presencia de su hija de cinco años, la noche del lunes.
Ayer, el presidente Nicolás Maduro anunció a través de su cuenta de Twitter que los integrantes de su equipo ministerial decidieron poner a disposición de renuncia sus cargos para lograr la “renovación del Gobierno“.
Tras la conmoción que causó el crimen de Spear, quedó en suspenso el anuncio de un mecanismo para fijar los precios de los autos nuevos en Venezuela. El Gobierno la había prometido para el martes pasado en su lucha contra la “inflación inducida”, según la define Maduro, y lo que el Gobierno califica como “guerra económica”.
También se espera la instauración de una ley para fijar los márgenes de ganancia de todas las etapas de cada cadena de comercialización. Igualmente hay expectativas por las modificaciones en la política cambiaria, que desde el 2003 impuso un férreo control del cambio para frenar el mercado negro de divisas en el que la tasa oficial de 6,3 bolívares por billete verde se multiplica por diez.
Violencia, un mal por superar en toda la región
Los asesinatos en Venezuela -según los mida el gobierno o las ONG- van de 39 a 79 al año por cada 100 000 habitantes. Esta última cifra sería la segunda más alta del mundo después de Honduras. En números absolutos, la ONG Observatorio Venezolano de la Violencia contabilizó en el 2013 más de 24 700 muertes.
Las muertes violentas son vistas como un desafío para la región. Según la Organización Mundial de la Salud, una tasa mayor a 10 homicidios por cada 100 000 habitantes se considera una epidemia. Esta situación se observa en 11 de 18 países, desde México en el norte hasta Argentina en el sur (ver mapa).
El Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014, publicado por la ONU, puntualiza que además de Venezuela los países con más altos niveles de homicidio son Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y República Dominicana.