Para las dos grandes potencias espaciales Rusia y Estados Unidos, este año pudiera comenzar de diferente manera. La agencia espacial estadounidense NASA sacará definitivamente de funcionamiento sus transbordadores espaciales.
En tanto, Rusia celebrará una gigantesca fiesta para recordar el primer vuelo tripulado por un humano al espacio, realizado por Yuri Gagarin el 12 de abril de 1961. “Por lo demás, nos queda el trabajo rutinario usual de los vuelos de abastecimiento a la Estación Espacial Internacional (ISS)”, dijo un portavoz de la autoridad espacial rusa Roskosmos.
El fin de los vuelos de los transbordadores podría reportar miles de millones de dólares a Rusia, ya que los cohetes Soyuz y Progress serán los únicos medios para transportar a humanos y materiales al espacio. Ya hace tiempo que Moscú anunció un fuerte aumento de las tarifas. Con el dinero, Rusia tiene previsto avanzar en su ambicioso proyecto de construir su propio centro espacial.
El cosmódromo en Vostoshny, en el oeste, busca reducir la dependencia de la base espacial de Baikonur, en Kazajstán. “Un acceso independiente al espacio es una necesidad estratégica”, dijo el jefe de gobierno ruso, Vladimir Putin. Moscú también quiere completar la formación del grupo orbital del sistema de navegación global Glonass, para competir con el GPS estadounidense.
Pero, la ambiciosa empresa no avanza según los planes. A comienzos de diciembre, un cohete Proton con tres satélites pertenecientes al Glonass se estrelló en el océano Pacífico. A raíz de este hecho, el presidente de Rusia, Dmitri Medvedev, despidió a dos altos funcionarios de la agencia espacial, responsabilizándolos de la pérdida de los aparatos que costaron millones de dólares.
Este año, la fama del cosmonauta Gagarin sobresaldrá por encima de todo. Solo por eso, Rusia proclamó este 2011 como el “año de la astronáutica rusa”.
También, los Estados Unidos tiene problemas con sus transbordadores. Si bien está previsto para abril el lanzamiento del Endeavour a la ISS, que se convertirá probablemente en el último de la gloriosa historia de los transbordadores, es altamente dudoso que la NASA pueda cumplir con su cronograma, en vista de la gran cantidad de problemas técnicos que afrontó en los viajes anteriores. Previo al Endeavour debe ir al espacio el Discovery. Pero desde octubre este transbordador espera su partida en el Centro Espacial Kennedy, en Florida. Gran cantidad de fallos técnicos originaron varias postergaciones.
Al final, los técnicos buscaban una explicación para la aparición repentina de grietas en el tanque de combustible externo. Sin embargo, los directivos de la NASA quieren realizar este año un lanzamiento adicional y enviar al Atlantis al espacio.
EE.UU. quiere completar su parte de la ISS y para ello podría aprovechar el vuelo no previsto en el cronograma de este año. El Congreso ya lo aprobó, pero la voluntad de ahorrar del Gobierno amenaza con desbaratar los proyectos. A diferencia de la agencia espacial rusa, la NASA enfrenta problemas presupuestarios.
El fin de la era de los transbordadores no significa de ninguna manera el fin de los viajes espaciales tripulados de Estados Unidos. La tarea que tenían hasta ahora los transbordadores, de llevar astronautas y materiales al espacio, deberá ser asumida en el futuro por naves espaciales desarrolladas por empresas privados. En este sentido, la empresa estadounidense SpaceX está bastante avanzada.
En diciembre pasado, SpaceX colocó por primera vez en órbita su cápsula espacial Dragon. Fue una prueba exitosa, que en el futuro deberá tener capacidad para transportar a hasta siete astronautas o hasta 6 000 kilogramos de tecnología y provisiones a la ISS.
La NASA, como cliente, se mostró muy impresionada. “Un resultado fantástico”, dijo Alan Lindenmoyer, responsable del programa de astronáutica comercial. Este año, la empresa fundada por el pionero de Internet Elon Musk ‘Dragon’ quiere realizar nuevas pruebas y al menos volar cerca de la ISS. Si todo ocurre según lo planeado, a lo largo del año hasta podría acoplarse con la estación orbital. Estas son buenas noticias para los estadounidenses, que temen por su posición como potencia espacial. Y es que en el 2010, la floreciente China lanzó más cohetes al espacio que Estados Unidos, según informó el centro espacial estatal ruso Chrunishevo.