En 1962, la Academia de Ciencias de Estados Unidos recomendó la construcción de un enorme telescopio espacial, para realizar observaciones nítidas todo el tiempo, sin importar el clima local. En 1977, el Congreso de ese país aprobó el financiamiento del proyecto. Así empezó a ensamblarse el Hubble.
La construcción del telescopio espacial se completó en 1985. El lanzamiento del Hubble fue postergado por el desastre del transbordador espacial Challenger en 1986. El lanzamiento del telescopio espacial Hubble fue, finalmente, el 25de abril de 1990.
A los pocos días, el Hubble comenzó a transmitir imágenes desenfocadas. La NASA descubrió una falla en el gigantesco espejo: uno de sus bordes era demasiado plano, pues tenía una diferencia equivalente a 1 / 50° del grosor de un cabello humano.
En diciembre de 1993, el transbordador espacial Endeavour capturó y modificó al telescopio espacial Hubble, añadiendo una cámara para corregir el defecto del espejo principal.
La segunda misión de mantenimiento se realizó en febrero de 1997. Los astronautas de esta misión renovaron algunos de los instrumentos ¡ y los abrigaron con cobijas para que no se congelaran!
Ese mismo año, la NASA decidió extender la operación del Hubble de 2005 a 2010. Hubo otras misiones de mantenimiento.
El Hubble ha ayudado a resolver algunos problemas pendientes de la Astronomía, pero también ha reformulado otros.
Aunque el telescopio espacial ha permitido refinar los cálculos sobre la edad del Universo, ha sembrado dudas acerca de su futuro. Los astrónomos han observado supernovas distantes y han desenterrado evidencia de que, lejos de desacelerarse por influencia de la gravedad, la expansión del universo, de hecho, parece estar acelerándose. Esta aceleración se pudo medir posteriormente con otros telescopios, confirmando lo constatado por el Hubble. La causa de dicha aceleración todavía no ha sido bien determinada. Algunos la atribuyen a la llamada energía oscura.