La cifra de muertos provocados por un ataque suicida en una región fronteriza de Pakistán aumentó ayer a 102, que muestra la capacidad de los milicianos para realizar ataques letales a pesar de que pierden terreno en las ofensivas del Ejército.
El Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP) o el Movimiento Talibán de Pakistán, se atribuyó el viernes la responsabilidad del ataque en Mohmand, una región pashtun en la frontera noroeste con Afganistán. Allí las fuerzas de seguridad han aumentado las operaciones contra los milicianos en los meses recientes.
El ataque del viernes es el más letal que Pakistán ha sufrido desde uno similar contra un mercado en Peshawar en octubre pasado que dejó 105 muertos.
Cinco niños, de entre 5 a 10 años, y varias mujeres estaban entre los muertos del viernes, y la cifra subió luego de que socorristas que trabajaron durante la noche descubrieron más cuerpos entre los escombros. “Hemos recuperado más cuerpos desde los restos de decenas de tiendas que fueron destruidas por la explosión y la cantidad de muertos ha aumentado” a 102, dijo Rasool Khan, funcionario de Mohmand.
El suicida se inmoló afuera de la oficina de Khan. En la noche del viernes, un portavoz del TTP en Mohmand que se identificó como Ikramullah Mohmand, reveló que el blanco eran ancianos tribales pertenecientes a varias comisiones de paz que se oponen a los talibanes y que se han acercado a la oficina de Khan.
Un anciano de alto rango y otras dos personas murieron en el ataque. Entre los cerca de 80 heridos había varias personas desplazadas por los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los milicianos. Las personas recolectaban bienes de ayuda cerca del lugar de la explosión.
El más reciente ataque de milicianos destacó los múltiples desafíos de seguridad que enfrenta Pakistán, un aliado de Estados Unidos que posee armas nucleares y cuyo respaldo es vital para los intentos de estabilizar al vecino Afganistán.
El Ejército ha logrado avances durante el último año cuando empujó a los milicianos fuera del valle de Swat, al noroeste de Islamabad. En octubre del 2010, el Ejército comenzó una ofensiva en la región de Waziristán del Sur, bastión de los milicianos cerca de la frontera afgana.
La ofensiva se extendió a Orakzai, en marzo, mientras muchos de los milicianos que huían de la operación en Waziristán del Sur se refugiaban en ese lugar y en Mohmand. Cientos de milicianos han muerto en ataques aéreos en ambas regiones.
Sin embargo, los milicianos han demostrado su capacidad de recuperación, respondiendo con una serie de ataques con bombas en pueblos y ciudades, matando a cientos de personas.