Feroces combates en Siria a las puertas de la ciudad vieja de Raqa

Soldados vigilan una carretera durante los enfrentamientos entre el Estado Islámico (EI) y las Fuerzas de Siria Democrática (FSD) en Al Raqa (Siria). EFE

Soldados vigilan una carretera durante los enfrentamientos entre el Estado Islámico (EI) y las Fuerzas de Siria Democrática (FSD) en Al Raqa (Siria). EFE

Soldados vigilan una carretera durante los enfrentamientos entre el Estado Islámico (EI) y las Fuerzas de Siria Democrática (FSD) en Al Raqa (Siria). EFE

Mientras la comisión de la ONU sobre Siria estaba a punto de reunirse el miércoles 14 de junio de 2017, los combates persistían en el terreno, sobre todo a las puertas de la ciudad vieja de Raqa, donde el grupo Estado Islámico (EI) oponía una gran resistencia a las fuerzas antiyihadistas.

A las 13:30 GMT (20:30 hora de Ecuador), en Ginebra, la comisión de investigación de la ONU sobre Siria evaluará la situación del país en estos últimos cuatro meses, en una rueda de prensa, después de un balance oral ante el Consejo de los Derechos Humanos.

A esa hora, las tropas antiyihadistas, respaldadas por Washington, quizás habrán llegado a la entrada de la ciudad vieja de Raqa, principal bastión del EI en Siria.

El martes, hubo “violentos combates contra Dáesh, que recurre enormemente a las minas y a los francotiradores emboscados, y a veces a coches bomba”, afirmó a la AFP la portavoz de la campaña de Raqa, Jihan Sheij Ahmad, refiriéndose al EI por su acrónimo en árabe.

La ofensiva es llevada a cabo por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza árabo-kurda que intenta expulsar al EI de su “capital” en Siria, Raqa, ciudad ubicada en el norte del país de la que se apoderó en 2014.

Tras ingresar en Raqa el 6 de junio, las FDS conquistaron un barrio al este y luego otro al oeste. Desde el lunes intentan tomar el barrio de Al Senaa, a las puertas de la ciudad vieja, donde hay importantes fortificaciones del grupo yihadista.

Pero, el EI opone una feroz resistencia pese a los bombardeos aéreos de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos.

“El barrio de Al Senaa no está totalmente bajo control debido a los reiterados ataques de los yihadistas”, asegura el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Civiles atrapados

Según el OSDH, la captura de Al Senaa marcará el verdadero inicio de la batalla por Raqa, ya que las FDS atacarían el centro mismo del bastión yihadista.

En este sector “hay gran número de túneles y combatientes yihadistas”, precisa esta ONG.

El centro está además densamente poblado, lo que podría complicar las operaciones, como ocurre actualmente en Mosul, bastión del EI en Irak, donde las fuerzas de Bagdad afrontan un fuerte resistencia de los yihadistas.

Raqa contaba antes de la ofensiva con unos 300 000 habitantes, entre ellos 80 000 desplazados procedentes de otras partes de Siria.

Tras la huida de miles de personas en estos últimos meses, la ONU estima en 160 000 el número de habitantes que permanecen en la ciudad, viviendo en condiciones que se deterioran cada día.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) pidió el martes “mejor acceso (...) hacia las decenas de miles de civiles que desesperadamente necesitan ayuda humanitaria”, cifrándolos en 430 000 en toda la provincia de Raqa. “No hay carreteras transitables para llevar esa ayuda”, deploró el ACNUR.

Incluso las panaderías están cerradas pues no hay harina, según los habitantes de Raqa. La electricidad está cortada y hay gran escasez de agua.

Según el OSDH, 88 civiles -entre ellos 18 niños- resultaron muertos desde el lanzamiento de la ofensiva contra la ciudad, hace una semana.

Mientras la situación cada vez es más crítica en el país, tras seis años de conflicto, las donaciones empiezan a disminuir, lamentaron el martes médicos sirios. “Día a día, los apoyos van cesando. Muchos se han cansado, estamos en el séptimo año de guerra”, deploró el doctor Farida, en un encuentro con periodistas en París.

Símbolo de atrocidades 

Desde que fue conquistada por el EI en 2014, Raqa se convirtió en el símbolo de las atrocidades cometidas por los yihadistas en Siria, y una base de planificación de sangrientos atentados en el exterior. Varios yihadistas extranjeros se instalaron en la ciudad, algunos con sus familias.

En la provincia de Raqa, el EI se enfrenta también al ejército sirio, aunque no está implicado en la batalla por la captura de la ciudad.

El ejército de Bashar Al Asad quiere lograr dos objetivos con su intervención en la provincia de Raqa: controlar el flanco este de la provincia adyacente de Alepo, y avanzar contra el EI en las provincias de Homs (centro) y Deir Ezzor (este) , también vecina de Raqa.

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