El jueves pasado un conductor fue multado por mal estacionamiento en el centro de Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Adeudan entre USD 100 y USD 6 000. Son choferes que cometieron infracciones de tránsito, fueron multados y ahora no pueden pagar.
Hay tres razones: dejaron acumular las sanciones, los intereses crecieron y la única forma para cancelar esos rubros es en efectivo.
Carlos está en esa lista. Debe USD 2 500 por multas cometidas hace seis años. Era chofer de un bus público, pero dejó ese trabajo hace un año y medio.
El dueño le quitó el vehículo cuando se enteró que su licencia estaba caducada.
Sin trabajo estable y con ingresos menores a los USD 400 mensuales, es imposible cubrir la deuda.
Lo mismo le ocurrió a uno de sus compañeros. Debe USD
1 200. Tiene multas por dejar y recoger pasajeros en lugares no permitidos, por no usar el cinturón de seguridad, exceder la velocidad y provocar accidentes.
Ahora trabaja en una cerrajería en el norte de Quito.
No son casos aislados. José Santamaría, presidente de la Cámara de Transporte de Pichincha, asegura que ha conocido historias de conductores de buses urbanos que deben “fuertes sumas de dinero”.
Esas multas van acompañadas de reducción de puntos en la licencia. De ahí que los choferes dejan de manejar.
De hecho, cerca 3 500 transportistas abandonaron sus trabajos por estas dos causas, según cifras de ese gremio. Actualmente, en Quito operan
5 000 transportistas de buses.
Los conductores de carga pesada también adeudan montos importantes. Gonzalo es dueño de un camión desde hace 10 años. Debe USD
1 600 por siete infracciones que cometió entre el 2011 y 2015.
Sus multas no superaron los USD 200, pero dejó pasar el tiempo y ahora los intereses han hecho que los montos se disparen.
Cuando la infracción no se paga y cae en mora se genera 2% de interés cada mes.
Si una persona no puede cancelar, la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) inicia un procedimiento coactivo.
Por eso, Gonzalo dice que este mes cancelará la deuda. En noviembre su permiso de conducir caducará y uno de los requisitos para renovar el documento es el pago de las multas.
El mismo problema tiene Francisco, dueño de un tráiler.
Admite que maneja con la licencia caducada desde hace tres meses. Adeuda USD 1 200 por tres multas que cometió: exceso de velocidad, estacionamiento en lugares no permitidos y por no colocarse el cinturón de seguridad.
Ha hecho esfuerzos por ahorrar. Mientras completa el dinero asegura que “conduce con precaución”, para que los agentes no le pidan los documentos.
Entre enero y agosto de este año, la ANT reportó 929 280 multas a escala nacional. De esa cifra, el 68,42% sigue impago. En el 2014 se registraron
1 288 263 infracciones. El 44,72% continúa en mora.
Las autoridades señalan que sí existen planes para cancelar los montos elevados. Desde el 2012 se implementó un convenio de pago que permite a los conductores liquidar las deudas a plazos.
Para acceder a este beneficio las personas deben depositar el 20% de la deuda total. El porcentaje restante se difiere desde cuatro hasta 24 meses.
En cambio, las deudas que no superan los dos salarios básicos (USD 708) no tienen acceso a crédito. Aquellos infractores que tienen este tipo de deudas deben cancelar los rubros en un único pago.
En estos casos también hay quienes dicen tener dificultades para saldar los montos.
Roberto es estudiante universitario. Él debe USD 250 por un choque que tuvo en el 2012. Desde entonces no ha cancelado, pues no tiene un trabajo.
Dice que el valor de la infracción en un principio fue de USD 146, pero en intereses tiene acumulado USD 104.
Preguntó a la ANT si podía pagar con tarjeta de crédito y le dijeron que no. “Debería haber facilidades para todos los casos y en especial para quienes no tenemos trabajo o por lo menos podrían eliminar los intereses”.
Lo mismo pide Fernanda C., quien adeuda USD 460 desde el 2011. Es ama de casa y señala que no ha podido pagar tres multas. Ahora espera que los intereses lleguen a los dos salarios básicos para pagar por cuotas.
Los agentes la multaron nuevamente en el sector de Quitumbe (sur de Quito) el jueves pasado por cruzarse el semáforo en rojo.
El mismo día, a Verónica también la sancionaron. Se estacionó en una zona prohibida, cerca a un colegio.
La mujer dijo que pagará de inmediato para evitar los intereses.
Agentes civiles de tránsito que operan en Quito aseguran que hay conductores que rechazan las infracciones. “Nos dicen que ya se van a mover, que no les multemos. O incluso que no están mal estacionados, pese a que la infracción es clara”, comenta un uniformado.
Pero aquellos conductores que no están de acuerdo con la multa pueden impugnarla en un plazo de tres días. Superado ese período, se asume que la infracción es legítima.