La representación de autoridades femeninas de elección popular es aún escasa en los municipios de la Sierra norte.
En el ayuntamiento de Huaca (Carchi), por ejemplo, los cinco puestos de las concejalías están ocupados por hombres.
En el período anterior había dos concejalas. Una de ellas Silvana Sierra, que ocupó inclusive la Vicealcaldía, lamenta que se “haya apagado la voz de la mujer en su cantón”.
“A pesar de que la Constitución garantiza la paridad, las agrupaciones políticas no dieron la oportunidad de que las mujeres encabecen las listas”.
Mientras que en Tulcán solo Sonia Vaca representa a las damas frente a siete ediles.
En el período anterior hubo tres concejalas, por lo que ella cree que hubo un retroceso de la participación de la mujer en la política en esta provincia.
“Carchi está marcada todavía por una sociedad machista”. A esta activista política, sus compañeros le encomendaron la dirección de las comisiones de Desarrollo Económico Productivo y de Género y Familia.
En el resto de cantones el panorama es similar. De las 33 concejalías en Carchi, nueve están en manos de las mujeres.
Quizás una de las concejalas de mayor experiencia, a pesar de tener 23 años, es Fátima Mafla. Esta militante de Integración Democrática inició su segundo período en el Municipio de Montúfar.
Según sus seguidores, Mafla comenzó en la política a los 18 años. Fue concejala en representación del sector rural.
En su primera elección su trabajo fue subestimado por la oposición, recuerda Fernando, Santos, vecino de San Gabriel.
Sin embargo, más que desmotivarla la impulsó a continuar en la palestra política. Fue reelecta y hoy es la única mujer en Carchi que alcanzó la Vicealcaldía.
En la provincia de Imbabura, la mujer tiene mayor presencia en estos puestos de elección popular. De 38 concejales elegidos en los seis cantones, 14 están ocupados por mujeres.
El Municipio de Ibarra concentra la mayoría. Hay cinco damas y cuatro varones, explica Andrea Scacco, quien logró la mayor votación en las últimas elecciones seccionales.
Es por ello, que ahora ocupa la Vicealcaldía de la capital imbabureña. Pero no es la única.
En Otavalo, María Ercilia Castañeda, y en Cotacachi, Ruth Almeida, también están al frente del segundo puesto en el organigrama municipal.
Scacco, de 27 años, participa en su tercer período consecutivo al interior del Cabildo ibarreño. Considera que tienen una mayor responsabilidad al ser madres, esposas, profesionales, dirigentes…
Antes de terciar en las elecciones fue reina de Ibarra, una experiencia parecida a la de Gabriela Rivadeneira, exsoberana de Otavalo y actual presidenta de la Asamblea.
Según Scacco, hay una corriente de cambio en la política nacional. “A pesar de ello, la presencia de la mujer en esta palestra no garantiza nada”.
Entre tanto, Hilda Herrera, expresidenta de la Asociación de Mujeres Municipalistas del Ecuador (Amume), considera que la participación política de las mujeres está creciendo.
Recuerda que la representación de las concejalas en los 221 municipios del país aumentó del 4% a finales de la década de 1990 al 30% en el 2009.
Para Herrera no es un tema nuevo. Explica que a inicios del período anterior (2009-2014), la Amume hizo una campaña de promoción de la igualdad de los puestos públicos entre hombres y mujeres. “Eso permitió que las compañeras conquistaran los espacios en 60 vicealcaldías del país”.
Pero Herrera, quien se reeligió en la concejalía de Ibarra, considera que no se deben elegir mujeres solamente por su género. En su criterio, las nuevas autoridades, hombres y mujeres, tienen que ser capaces de llevar adelante una propuesta para la construcción de un cantón equitativo y democrático pensando en todos.
Scacco y Herrera coinciden en que a pesar de los esfuerzos, la igualdad política todavía no pasa de la teoría a la práctica.