Un muelle flotante, instalado en el 2012 para los juegos Sudamericanos de playa, ayuda a la movilización de los pangueros de Manta. Foto: Patricio Ramos/ EL COMERCIO
No importa que la marea suba o baje. El muelle flotante de Manta de estructura metálica con piso de tablones de madera, ubicado al filo del malecón de la ciudad, se bambolea de acuerdo con el comportamiento del mar.
Cuatro pilares cilíndricos de metal llenos de hormigón sostienen la plataforma de 54 metros cuadrados También tiene una rampa de metal con piso de madera, que yace sobre la plataforma.
El muelle fue construido hace dos años cuando se realizaron los juegos Sudamericanos de playa. Luego quedó como herramienta para 40 pangueros, quienes movilizan a más de 10 000 personas al año en Manta, un cantón de la provincia de Manabí, en las costas de Ecuador. En sus pequeñas embarcaciones impulsadas por motores fuera de borda transportan a los tripulantes hacia los barcos pesqueros que están anclados en la rada del puerto.
José Arcentales es dueño de una panga. “Llevamos a los trabajadores, también a turistas que quieren conocer ese lugar del puerto, aquí el movimiento es durante las 24 horas del día”.
Antes cuando no existía el muelle flotante, la situación era peligrosa, recuerda Manuel Mera, otro panguero. Los tripulantes se embarcaban parándose sobre las rocas, esperaban que llegara la panga y cuando reducía el oleaje saltaban hacia la panga; algunos se cayeron y fueron a parar al hospital, recuerda.
La rampa de acceso conecta desde la vía hacia la plataforma en el mar donde están las pangas. Hay pasamanos de lado y lado, lo cual facilita el deslizamiento de los usuarios hacia las embarcaciones y desde ahí con dirección a los barcos y lanchas donde son llevados los tripulantes.
José Cedeño es usuario del muelle. “Tengo 35 años en la pesca, este muelle le permite bajar con seguridad el combustible, los alimentos y muchas veces partes de motor que tenemos que arreglar, es muy útil”.