Francisco X. Loza A.
Es notorio cómo Correa mira la moral pública dependiendo de quien se trate. Así, frente al caso Dahik, ni una palabra hasta ahora, y de su amigo fiscal ha hecho una gran defensa. No es posible que desde el Presidente se siente este precedente, ya que con horror el pueblo ecuatoriano observó el caso Dahik de los gastos reservados, fábricas de hielo; quizás el mayor escándalo de abierta corrupción de la historia republicana del país, y que desembocó en la salida del, en ese entonces, “primera autoridad del país”, ya que era quien gobernó durante dicho período. Vimos así mismo con estupor cómo Dahik volvió a Ecuador y fue recibido por el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, claro resulta que a la larga todos son amigos y acá no ha pasado nada, como si se tratara de un gran tongo. Si no hubiese sido por la acertada actuación de magistrados íntegros como el Dr. Jaime Velasco, en esa oportunidad, o mejor aún como el actual presidente de la Corte Nacional de Justicia, Dr. José Vicente Troya, esos personajes oscuros de la historia de nuestro país volvieran a la “farándula politiquera nacional”.