Las cenizas de la quema de los monigotes permanecieron en algunas calles de la urbe, especialmente en el sur, durante la mañana del viernes. En las calles Solanda y José María Alemán, de los restos de los años viejos que se quemaron aún salía humo y el olor a papel y ropa quemada se percibía por algunas cuadras.
A pesar de que la quema de los muñecos no se debe realizar en las calles pavimentadas, en la av. Cardenal de la Torre y Lucas de la Cueva las cenizas estaban amontonadas. Los moradores del lugar usaron la vía principal para llevar a cabo este tradicional festejo.
Un barrendero limpiaba las esquinas de las calles en Solanda, donde se encontraba gran cantidad de basura. Ramas, botellas, comida y hasta zapatos figuraban entre los escombros que dejó el recibimiento del año nuevo 2010.
Los bordillos de las calles estaban llenos de basuras pequeñas y el viento levantaba los escombros regados. Esto se dio principalmente a lo largo de la calle Necochea, al sur, donde el paso de los buses y los autos levantaba los restos de las cenizas. Las ventanas y puertas de las casas del sector lucían sucias, y no solo por el esmog que genera el tráfico diario, sino también por la quema de los monigotes.
En el Centro de la ciudad la recolección inició temprano. En las calles la presencia de basura generada por la quema era mínima, sin embargo habían gran cantidad de mendigos y personas durmiendo en las veredas y parques.
En el norte de la urbe, el panorama lucía un poco distinto, aunque también había basura en las calles. En algunos barrios de esta parte de la ciudad, los restos de los monigotes no estaban sobre el asfalto pero sí en las veredas, incluso en las calles Urrutia y Eloy Alfaro los escenarios donde se coloca a los ‘viejos’ aún permanecían armados y las ramas de eucaliptos regadas por las veredas.
En la av. Eloy Alfaro, las fundas de basura estaban depositadas en los parterres y junto a los árboles, mientras que en la avenida Simón Bolívar la basura estaba botada por la carretera y en el parterre.