Por iniciativa de la Fundación Pachamama, una ONG holandesa, El Banco Central, y cooperativas de Cotopaxi y Azuay, circulan billetes (llamémoslos billusos) impresos en las mismas prensas que hacen euros, en ciertas parroquias de dichas provincias.
Es algo que se ha hecho con planificación, puesto que la impresión de billusos de tan buena calidad se ordena con gran antelación.
Se ha procedido con exagerado sigilo lo cual es inapropiado para algo tan importante. Se tomó desprevenida a la Superintendencia de Bancos, que advirtió que “la circulación de sustitutos monetarios está prohibida y penada por ley”.
Muy mal que los entes estatales tras el UDIS no hayan consultado con Superbancos.
¿Cómo funcionarán los UDIS? Lo que he leído no me hace sentido. Empecemos por el principio.
Toda unidad económica (hogar, empresa, ciudad, país) importa y exporta. En zonas deprimidas, como Sinincay, donde se produce muy poco que apetezca al resto del mundo, la tendencia es que el medio circulante se vaya, que no haya dinero. En esas circunstancias, alguna empresa o entidad saca a circular fichas o billusos, que se utilizan como dinero local.
Para que funcione el sistema, pienso, debería donarse cierta suma en UDIS a las cooperativas participantes, para que los presten sin intereses a los cooperados. Estos repentinamente tendrían mayor poder adquisitivo, pero sólo para lo local.
Quien vende en UDIS no tiene más opción que gastarlos en algo que se produzca y venda localmente. No le sirven para comprarse una bicicleta o pagar un hotel en Cuenca. Quien vende sus servicios o productos y recibe billusos, nada saca acumulándolos, no los puede poner en un banco a interés. Los gasta dinamizando el comercio local.
La duración de estos mecanismos suele ser corta. Un problema recurrente es que algunos de la comunidad no quieran aceptar billusos como pago cuando pueden vender su producto en dólares. De pronto alguien se encuentra con que recibió un montón de billusos, que nadie se los acepta para lo que necesita. Colapsa el sistema.
Ahora bien. Se informa que los UDIS son convertibles a dólares. Que para tener UDIS, hay que pagar en dólares 1 a 1. Me pregunto, qué gana un campesino comprando un billuso de aceptación optativa en su parroquia, cuando tiene que entregar dólares que son ávidamente recibidos en todo el territorio nacional?
¿Cómo se inyecta dinero en la economía, si para meter UDIS, se saca dólares? Es ahí donde salta la duda, que bajo pretexto que se quiere dinamizar la economía local, se busque abrir un resquicio para la circulación de una moneda alterna para el mercado interno, como ya se pretende con el S.U.C.R.E. para el externo.
Un embrión de patacón. La Superbancos tiene razón en exigir rendición de cuentas.