Moda retro en Palacio y ‘en pelotas’

Cuando renació la democracia, el siglo XVIII, se pensó que sería el fin del gobierno vitalicio de los reyes. En Estados Unidos, Washington fue reelegido una vez como presidente. Pero no aceptó la tercera. Francia no tuvo tanta suerte. Su primera república terminó en el imperio de Bonaparte. Para no ser hipócrita, Gran Bretaña conservó la monarquía, aunque le quitó poderes. El socialismo, desde 1918, tampoco cambió la “vitaliciedad” y la mantuvo hasta la saciedad. El siglo XX vio a los monarcas marxistas: Stalin, Mao, Castro ' A veces, no bastó hacerse dictador sempiterno (que no significa ‘sempi’ con el mismo terno). En la socialista Corea del Norte, la monarquía es vitalicia y hereditaria.

Nuestro país, siempre a la moda, copia el estilo retro. Antes solo los dirigentes sindicales eran ‘Eternt’. Ahora, todos quieren ser vitalicios. El matrimonio dejó de ser ‘indisoluble, como decía la ley, pero cuando alguien jura para un cargo, repite la fórmula sacramental: “hasta que la muerte nos separe' de la teta”. Y no solo el Presidente luce banda presidencial de titanio. Ahora en el mundo de las pelotas, los peloteros ya no quieren ser boludos, sino pelotas permanentes. La alternabilidad es cosa de antaño, de guambras CHIRIsiques. Como a la final te dan palo porque BOGAS y palo porque no bogas, acaban de renombrar eterno pelotudo al conocido dirigente que no nos llevó al último Mundial. Amén.

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