La evolución de lo dulce como final de fiesta pasó de la única torta centrada en el acontecimiento a variadas propuestas que sumaron los ‘brownies’, el emblemático postre rogel con dulce de leche, mousses frutales o con chocolate, frutas para quienes buscaban la fresca naturaleza después de lo salado y creaciones sin calorías para compensar los excesos.
Miriam Becker
Columnista
Es periodista y comenzó su carrera en la revista Mucho Gusto, centrada en los temas del hogar y la cocina, donde unió sus vocaciones. Luego pasó a los programas de televisión y los libros.
La Nación, Argentina, GDALa repostería norteamericana las coronó, y transformó los cupcakes -tortas en tazas de papel, pastelillos o pirotines- en la gran novedad y en una solución de onda para las fiestas, porque las porciones se cocinaban en los moldes y luego se decoraban, listas para ser servidas sin demasiadas complicaciones.
Simpáticos dulces de diferentes tamaños; las más chiquitas nos recuerdan a las antiguas y tradicionales masas soireé de los años cincuenta, con influencia de la pâtisserie francesa. Al desaparecer esa moda, aún se recuerda con nostalgia esas masas de bizcochuelo embebidas en almíbar con alcohol, más dulce de leche, chantillí, alguna fruta, una figura de chocolate, bombitas rellenas decoradas con glacé dispuestas en cápsulas descartables.
Ahora es el tiempo de estas dulzuras que la serie ‘Sex & The City’ popularizó en la pantalla chica. Las ofrecen desde las empresas de ‘catering’ importantes y hasta las más sencillas, porque son la atracción de la gente joven. Cualquier masa liviana que contenga manteca y resulte húmeda es ideal para este fin.
El tema es innovar, sorprender, crear recetas, hacerlas atractivas. Y como se trata de productos para ser consumidos, ¡que sean ricos también!
El paso final será con glacé o fondant de vistosos colores, florcitas que se venden en casas de repostería, chocolate, etc., e individualizadas con nombres… Y algo más: prepararlas para las fiestas de los chicos, entregarles un set de productos -grana, figuras azucaradas, caramelos- para que cada uno decore la propia. La imaginación no tiene límites.