Redacción Sociedad y ANSA
Se las monitoreará por satélite, se hará mediciones acústicas a sus sonidos y se tomarán muestras para analizarlas. Esa será la estrategia de Australia y Nueva Zelanda en la primera expedición multinacional de búsqueda no letal de ballenas en los mares antárticos.
Esta misión constituirá un desafío al ‘programa científico’ por el cual Japón mata un millar de cetáceos por año, en una afrenta al tratado de prohibición de caza de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), a la cual también pertenece Ecuador.
El anuncio lo hicieron en Sídney los ministros de Relaciones Exteriores, el neozelandés Murray McCully y el australiano, Stephen Smith, a tres días de la reunión de la CBI, en Portugal.
La expedición que durará seis semanas, a comienzos de 2010, navegará por las mismas aguas que cada verano austral son escenario de enfrentamientos entre naves balleneras japonesas y las embarcaciones del grupo ambientalista Sea Shepherd.
Será la primera expedición de la Sociedad de Investigación en el Oceáno Meridional, una iniciativa australiana a la que adhieren una docena de países. Según los dos ministros, la intención es demostrar que las ballenas pueden ser estudiadas sin ser asesinadas.
A su vez, el Fondo Mundial para la Naturaleza volvió a denunciar que en los últimos años Japón y Noruega destinan sumas crecientes de dinero para sostener la caza ballenera, un negocio costoso y poco remunerativo. De acuerdo con un estudio de la ONG ambientalista, Japón, desde 1988, invirtió USD 164 millones en esta industria, y Noruega, desde 1992, destinó a esta actividad cerca de USD 15 millones.
Entre tanto, la 61 reunión de la CBI se realizará de mañana en Madeira, Portugal, en medio de las presiones de Japón para que autorice la caza comercial de cetáceos en cuatro de sus comunidades costeras, mientras los conservacionistas pretenden que se cree un Santuario del Atlántico Sur, que se sumaría al Océano Austral creado en 1994.
Asimismo, pese a la prohibición, Islandia y Noruega iniciaron la exportación de carne de ballena a Japón, mientras que Corea anunció que buscará reanudar la captura comercial.