Microtraficantes usan a niños para vender droga en la calle

El cuerpo de Jean, de 8 años, fue velado el viernes pasado en la Balerio Estacio. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

El cuerpo de Jean, de 8 años, fue velado el viernes pasado en la Balerio Estacio. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

El cuerpo de Jean, de 8 años, fue velado el viernes pasado en la Balerio Estacio. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

El perfil de un niño que el microtráfico recluta para la venta de drogas cumple ciertas particularidades: tiene de entre 6 a 12 años, vive en zonas urbano marginales, pasa regularmente solo en la calle y es popular en el barrio o en su escuela.

La Policía cree que Jean cumplía con algunas de esas características que lo convirtió en víctima. Tenía 8 años, pasaba la mayor parte del tiempo solo y vendía caramelos en los buses, era muy popular en su barriada. La tarde del viernes pasado cuando era velado en un ‘cyber’, cerca de su domicilio, en la cooperativa Balerio Estacio, en el noroeste de Guayaquil, sus vecinos miraban con recelo a todo aquel que le preguntara sobre su muerte.

Vivimos con miedo pero más aún luego del asesinato del niño, decía un morador cerca de donde lo encontraron. El miércoles 22 de junio fue hallado, maniatado con dos disparos en la espalda, en la zanja del canal de la muerte, en la misma zona de la ciudad.

Este sector está identificado como uno de los lugares de Guayaquil donde operan bandas de microtraficantes. No se descarta que una de estas fue la que asesinó a Jean, pero los vecinos temen comentarlo por represalias a sus familias. Los vecinos saben que estos grupos reclutan a los chicos para que vendan droga en las calles y en las escuelas de ese sector.

Según el ministro del Interior, José Serrano, el menor habría sido asesinado por microtraficantes de droga. Ayer dijo que la muerte de Jean se debió a “una especie de lección para otros niños, que también han sido reclutados para el expendio de la droga”. En este caso, los cinco detenidos son de una misma familia y pretendieron aleccionar a otros chicos.

En Guayaquil, Serrano acompañó al presidente Rafael Correa al bloque 4 del sector denominado ‘zona H’, en el Paraíso de la Flor, intervenido por el Gobierno para controlar el microtráfico.

Para un menor vender droga es como si fuera un juego, desconoce lo que hace y el peligro al que se expone, explicó Marcos Zapata, jefe de Antinarcóticos en la Zona 8, que comprende cantones de Guayaquil, Durán y Samborondón. “Es como si jugara a los policías y ladrones, pero el adulto es el que sabe, es consciente de lo que hace y no se da cuenta que los pequeños se están criando en ese ámbito social”.

La Policía Antinarcóticos de la Zona 8 considera que está tras la pista de las “verdaderas mafias” que utilizan a infantes de entre 6 a 12 años para que expendan la denominada droga H a sus amigos y compañeros, en las escuelas.

No hay cifras oficiales del número de menores presuntamente reclutados para este fin. Pero hay casos aislados como el de otro niño de 6 años, a quien se le encontró paquetes de la droga H en sus bolsillos. Eso ocurrió el 7 de junio pasado en una ciudadela del norte de la ciudad. Las primeras investigaciones determinaron que fue una tía quien le había entregado “las funditas” con droga. La familia reclutaba a otros menores para que distribuyeran el alcaloide.

Según Zapata, estas bandas los utilizan porque al ser menores de edad la ley no le da el mismo trato que a un adulto. “Lo más reprochable es que también son utilizados en organizaciones formadas en su propio núcleo familiar”.

Luis Sigüencia, psicólogo del subcentro de Salud ubicado en Monte Sinaí, atiende a diario de siete a diez casos de niños con problemas de drogas en los sectores aledaños como El Fortín, Nueva Prosperina, Sergio Toral y Balerio Estacio.

Sigüencia explicó que generalmente, los microtraficantes buscan quienes están desamparados. Son chicos de bajos recursos, con problemas familiares y que andan solos por las calles. “Hay casos en que les pagan a sus padres para que los presten”, sostuvo.

Mientras, en las escuelas escogen a los más populares o las niñas más bonitas para que llamen a sus demás amigos. El médico contó que los enganchadores se encargan de distribuir la droga y “si sus otros compañeros se niegan a consumir los marginan”.

En la mayoría de casos los microtraficantes les pagan a los menores con droga para que consuman y en otros les dan dinero para que se compren golosinas. Además, para que “sigan en el negocio” los amenazan con hacerles daño a ellos o a sus familiares.

Se calcula que eso ocurrió el pasado 20 de mayo, cuando un niño de 5 años habría sido asesinado por la venganza de un consumidor de droga. El menor fue hallado sin vida, en un saco de yute, entre los matorrales de la cooperativa Gregorio I, del cantón Durán.

La entonces comandante de la Zona 8, coronel Tanya Varela, dijo en ese momento que “la madre informó que a su hijo lo mataron porque ella hace un mes había denunciado a microtraficantes del sector”.

La Secretaría Técnica de la Droga, organismo que en octubre de 2015 reemplazó al Consep, formó un Comité de Prevención Integral de Drogas en la Zona 8, el cual sesionó el 21 de junio en Guayaquil.

Andrés de la Vega, subsecretario de prevención de Drogas, dijo que durante la reunión se aprobó una estrategia de intervención en las zonas más conflictivas. Los primeros lugares son: el barrio Garay, Nueva Prosperina y el Paraíso de la Flor (Zona H) en Guayaquil y el Cerro Las Cabras, en Durán.

El primer eje de la intervención es la reducción de la disponibilidad de drogas, mediante la desarticulación de bandas de microtráfico; el segundo eje comprende a impedir que el delito migre a otros sectores y por último la recuperación del territorio a través de la prevención.

En contexto

El ministro José Serrano aseguró que el Paraíso de la Flor, en Guayaquil, podría ser denominado como “libre de expendio” de la droga H. En los 22 puntos de acceso de la zona H actuaron 344 policías y se decomisó 50 mil dosis de esta droga adictiva.

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