Michel Temer será posesionado como presidente de Brasil, este 31 de agosto del 2016, horas después de que el Senado destituyera a Dilma Rousseff. Foto: EFE
Michel Temer será juramentado este miércoles 31 de agosto del 2016 como presidente de Brasil, después de que fuera destituida Dilma Rousseff con votación de la mayoría absoluta del Senado, anunció el presidente del Congreso Renan Calheiros.
El acto de juramentación se realizará a las 16:00 locales (19:00 GMT) en el plenario del Senado. Temer tiene previsto luego viajar a China para participar de la cumbre del G20.
Según confirmaron a Efe fuentes oficiales, tras su viaje a China tiene diseñada ya una amplia agenda exterior, que incluirá un viaje a Estados Unidos en septiembre, donde inaugurará la Asamblea General de las Naciones Unidas, como por tradición le corresponde al jefe de Estado de Brasil desde 1947.
En octubre, tiene previsto viajar a la India, sede de la cumbre anual del foro BRICS, que Brasil integra junto con ese país, China, Rusia y Suráfrica, y también a Colombia, para asistir a la Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Cartagena de Indias a fin de ese mes.
En sus planes inmediatos también figuran visitas a Argentina y Paraguay, los dos países del Mercosur con los que ha estado más en contacto desde que asumió la Presidencia en forma interina, el 12 de mayo pasado, cuando Rousseff fue suspendida de sus funciones para responder al juicio político que acabó con su destitución.
Precisamente en el ámbito del Mercosur es que el Brasil de Temer ha dejado claro cuál será la orientación de su política externa, que apunta a un distanciamiento de los países del arco bolivariano que encabeza Venezuela desde los tiempos del fallecido Hugo Chávez.
Los primeros escarceos de un conflicto por venir surgieron en mayo pasado, cuando Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba, cada uno a su manera, advirtieron sobre una posible “ruptura democrática” en Brasil por el juicio abierto contra Rousseff.
El Gobierno de Temer respondió de inmediato, saltó a defender la legalidad del proceso y emitió una nota oficial en la que manifestó su “repudio” frente a las posiciones de esos países, a los que acusó de “propagar falsedades”.
Este martes, antes de que Rousseff fuera despojada del poder, el presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció su intención de convocar a su embajador en Brasil, José Antonio Kinn, si eso ocurriera.
Morales ya había criticado la posición del Brasil de Temer en relación al conflicto surgido con la presidencia del Mercosur.
Junto con Paraguay y Argentina, Brasil lideró el rechazo a que Venezuela ejerza la presidencia del Mercosur, que por orden alfabético le correspondía luego de que Uruguay desistió de seguir con esa responsabilidad a fines de junio pasado, cuando se cumplió su período de seis meses.
El Gobierno de Temer ha dinamitado por completo los puentes que Rousseff y su antecesor y padrino político Luiz Inácio Lula da Silva habían tendido con la Venezuela de Chávez, que se prolongaron una vez que Nicolás Maduro llegó al poder.