Marchas en México por los cuatro meses de la desaparición de estudiantes

Agentes antimotines se desplegaron en las calles. Foto: AFP.

Agentes antimotines se desplegaron en las calles. Foto: AFP.

Manifestantes participan en una marcha para exigir la entrega de los restos de Alexander Mora, el único de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre que ha sido identificado miércoles 21 de enero de 2015, en Tecoanapa (México). Foto: EFE.

Padres de los 43 estudiantes mexicanos que desaparecieron y fueron presuntamente masacrados en Guerrero (sur) encabezan este lunes 26 de enero una serie de marchas por Ciudad de México al cumplirse cuatro meses del crimen, para recordar al gobierno que no dejarán de luchar hasta encontrar a sus hijos.

“Ya son cuatro meses que no nos dicen (dónde están). Esta marcha es para que nos devuelvan a los chamacos (jóvenes). Esta marcha es una prueba de que muchos estados se van uniendo a la lucha”, dijo en una de las marchas a la AFP Bernabé Adrajan, padre de Adán, uno de los desaparecidos.

La jornada de manifestaciones arrancó en la mañana con cuatro marchas simultáneas convocadas en distintos puntos de la capital, que tienen previsto confluir en la tarde en un gran mitin en la central plaza del Zócalo.

Las marchas, en las que están participando principalmente maestros de una corriente radical del sindicato nacional de la educación, ocurren en un clima de creciente desconfianza entre los padres hacia la investigación oficial de este brutal crimen, que escandalizó a México y la comunidad internacional.

En el sur de la capital, centenares de alumnos y maestros provenientes del convulso estado de Guerrero iniciaron la marcha portando una gran manta roja con las fotos de los 43 jóvenes. Al frente de la caminata van algunos padres alzando los retratos de sus hijos.

“Lo que queremos es que no se olvide. Que esto no se quede en impunidad”, dijo a la AFP Mario Pérez, estudiante de cuarto año de la escuela rural de magisterio de la comunidad de Ayotzinapa (Guerrero), a la que pertenecían las víctimas.

Cerca de los manifestantes, algunos de los cuales portan palos y otros van encapuchados, se encuentran policías antimotines. La alcaldía informó que se desplegarán unos 3 500 agentes en las marchas.

Agentes antimotines se desplegaron en las calles. Foto: AFP.

Confesiones y reclamos

Durante esta jornada de protesta, los padres y compañeros de los 43 jóvenes y los grupos sociales que les apoyan exigirán al gobierno que mantenga la búsqueda de sus hijos, quienes fueron atacados la noche del 26 de septiembre por policías locales de Iguala que aparentemente seguían órdenes del alcalde, acusado de servir al narcotráfico.

La fiscalía mexicana cree que los estudiantes, la mayoría de entre 18 y 21 años, acabaron siendo masacrados esa fatídica noche.

La investigación oficial apunta a que, después del ataque, los jóvenes fueron entregados a sicarios del cártel Guerreros Unidos, quienes los habrían asesinado e incinerado en un apartado basurero de la vecina localidad de Cocula, antes de arrojar sus cenizas en bolsas a un río cercano.

En los últimos días, medios mexicanos han reproducido declaraciones de uno de los últimos detenidos por el crimen, Felipe Rodríguez, alias 'El Cepillo', manifestando que él y otros cuatro sicarios habían asesinado “a unos 15” estudiantes y que al menos 25 más ya habían muerto “por asfixia” durante el trayecto en camiones de Iguala a Cocula.

Pero por el momento, el prestigioso laboratorio de Austria que analiza los restos hallados en el basurero y en el río sólo ha podido identificar a uno de los estudiantes, ya que su elevado estado de calcinación no permite la extracción de suficiente ADN.

Ante esto, el laboratorio procederá a aplicar una novedosa técnica a los otros 16 restos encontrados que, tenga éxito o no para las identificaciones, conlleva el riesgo de que se acaben consumiendo para siempre.

En las últimas semanas los familiares han exigido que se les permita buscar pistas de los jóvenes en cuarteles militares, ya que dicen tener testimonios de que el Ejército pudo tener algún tipo de papel en el brutal crimen, como mínimo de omisión de auxilio a los estudiantes.   

El gobierno niega tajantemente cualquier vínculo de militares con la desaparición pero ha ofrecido a los padres que ingresaran al cuartel de Iguala, al que ya trataron de acceder por la fuerza el 14 de enero, generando un choque con soldados.

El crimen de Iguala ha sumido al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto en su peor crisis desde que asumió el poder en diciembre de 2012.

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