¿Cómo afrontan las metrópolis la amenaza terrorista?

Comando de Respuesta Crítica

Comando de Respuesta Crítica

Por primera vez el Comando de Respuesta Crítica patrulla en Nueva York y hace parte de los esfuerzos para responder contra el terrorismo en la ciudad. Foto: EFE

Tras los atentados del 13 de noviembre en París, algunas ciudades aumentaron las medidas de seguridad mientras que las que ya fueron objetivos terroristas están especialmente en alerta. El problema es que los ciudadanos y los propios cuerpos de seguridad se acostumbran a vivir con esa tensión.

NUEVA YORK: Automáticamente después de que en algún lugar de Occidente ocurra un atentado, las fuerzas de seguridad vuelven a aparecer en las principales estaciones del metro de la ciudad armadas con rifles de asalto y equipadas con cascos y chalecos antibalas. Sin embargo, muchas veces entre los policías se nota una sensación de hartazgo. Desde que hace más de 14 años ocurrieran los atentados del 11 de septiembre, no volvió a ocurrir ningún atentado grave en la ciudad estadounidense. En el memorial del atentado, donde hace dos años había unos controles propios de un aeropuerto, hoy en día ya se puede acceder como a cualquier otro emplazamiento. Eso si, como cualquier otro lugar, está vigilado con cámaras. El jefe de policía de Nueva York, Bill Bratton, teme por los posibles objetivos que no están tan bien vigilados, puesto que es prácticamente imposible proteger por completo cientos de restaurantes. Los neoyorquinos procuran desconectar del asunto y rara vez el temor a un ataque terrorista es el tema de conversación.

LONDRES: Los británicos por su parte llevan mucho tiempo conviviendo con la amenaza terrorista. El conflicto de Irlanda del Norte estuvo activo durante décadas y los atacantes del IRA también actuaron en Londres. "En las estaciones de metro saltaba la alarma con bastante asiduidad", recuerda un londinense. "Los ciudadanos estaban acostumbrados", resume. La conmemoración del décimo aniversario de los atentados de 2005 en Londres contra el metro y un autobús, en los que murieron 52 ciudadanos y los cuatro islamistas suicidas, fue bastante modesta. Londres es la ciudad con más videovigilancia de toda Europa. Muchas personas conocen la amenaza, pero no hablan demasiado sobre ella.

OSLO: Han pasado cuatro años y medio desde que Anders Behring Breivik matara a 77 personas en Oslo y la isla Utøya, pero el recuerdo continúa provocando un escalofrío en la población noruega. En el distrito gubernamental continúan observándose rastros de la explosión que provocó el asesino. Los ciudadanos se enfrentan a aquellos hechos y recuerdos en la exposición "Centro del 22 de julio", abierta en verano y que durará cinco años. Hoy como entonces, los noruegos reaccionan con tristeza y rabia, pero también desafiantes.

MADRID: La capital española sufrió el 11 de marzo de 2004 el peor atentado de la historia en una capital europea. 191 personas murieron y unas 1 900 resultaron heridas por la explosión de varias bombas en trenes suburbanos en vísperas de elecciones generales. El ataque fue atribuido a una célula yihadista, pese a que en un primer momento el Gobierno conservador del Partido Popular (PP) apuntó al grupo armado separatista ETA. Tres días después del ataque, el Partido Socialista (PSOE) desbancó al PP en los comicios. Los atentados del llamado 11-M fueron rechazados entonces por decenas de miles de personas en manifestaciones celebradas en toda España. No se declaró el estado de emergencia en el país y la vida transcurrió con relativa normalidad, pese a la indignación de la ciudadanía y el dolor de las víctimas. Ahora, los ataques de París han resucitado al fantasma de aquel 11 de marzo. España ha decidido mantener su alerta antiterrorista en el nivel cuatro, uno menos del máximo, aunque reforzó la seguridad en algunos ámbitos concretos. El grado de alerta se elevó el pasado mes de junio, tras los atentados en París, Kuwait y Túnez.

ROMA: en la capital italiana y el Vaticano, al aumento del número de efectivos policiales en puntos sensibles y atracciones turísticas se suman los 700 soldados que velarán por la seguridad de los millones de peregrinos que se esperan a partir del 8 de diciembre para celebrar el Año Santo. "La preocupacíon sobre una amenaza terrorista aumenta con el Año Santo", manifestó el ministro del Interior italiano, Angelino Alfano. "El papa, el Vaticano, Roma y otros símbolos del cristianismo ya han estado en el centro de las amenazas".

BERLÍN: La policía y la Oficina Federal de Protección de la Constitución opinan que la capital alemana es también un posible objetivo de ataques terroristas. En la primavera de este año, un político afirmó en una comisión parlamentaria que la pregunta no era si iba a haber un atentado, sino cuándo lo habría. Las autoridades afirman estar preparadas aunque no facilitan ningún detalle. Sin embargo, en el caso de Berlín no es tan visible el aumento de los efectivos de seguridad. En parte porque gran parte de los edificios gubernamentales y las sinagogas llevan tiempo ya custodiadas. La vida transcurre con normalidad en la capital alemana tras los atentados de París. Los trenes van llenos de personas por las mañanas, los restaurantes están a rebosar por las noches y los mercados navideños continúan instalándose.

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