La obra civil concluyó en 7 de 15 estaciones del Metro de Quito

La estación Iñaquito, ubicada bajo la cabecera norte de La Carolina, es una en las que ya se terminó obra civil. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

La estación Iñaquito, ubicada bajo la cabecera norte de La Carolina, es una en las que ya se terminó obra civil. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

La noche del viernes 8 de septiembre del 2017, un tramo de la avenida América, en el sector de la Universidad Central (norte de Quito), fue cerrado. Era el paso previo para dar inicio a la construcción de una estación más del Metro de Quito, que contará con un total de 15 paradas.

La Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito informó que hasta el momento la obra civil de 7 de las 15 estaciones está terminada.

Una de esas siete estaciones es la de Iñaquito, que se ubica debajo del extremo norte del parque La Carolina, en la avenida Naciones Unidas y Japón. Allí ya es posible ver cómo se distribuirán los tres niveles que la conforman. El ingreso desde la superficie, un nivel medio en donde se ubicarán sectores para la operación administrativa y un nivel bajo donde los pasajeros tomarán los trenes del Metro.

Según Sergio del Río, director de Estaciones del Consorcio Línea 1 del Metro, todas las estaciones tienen un modelo estándar. Es decir, las variaciones entre una y otra son mínimas en cuanto al diseño y la profundidad a la que se encuentran. Entre las principales diferencias están las conexiones para el ingreso y, por ejemplo, una manga de transporte eléctrica para pasajeros en la estación San Francisco.

El Metro movilizará 400 000 personas al día en su recorrido de 22,6 kilometros, que irá desde Quitumbe, en el sur, hasta El Labrador, en el norte.

El urbanista Hernán Orbea cree que habrá una influencia positiva de las paradas en lo comercial y residencial en estos sectores.

Orbea señaló que la implantación de cada estación del Metro será un especie de ‘efecto surtidor’. “Este efecto tiene que ver en principio con el movimiento de la gente en esos sectores. Pero también generará un impulso, que al inicio será espontáneo, en la actividad comercial”, señaló.

El efecto no solo se medirá en más gente y comercio, sino también en la necesidad de mayores servicios en los alrededores, según Orbea.

Un ejemplo de esa dinámica que se genera en los lugares donde se concentra una cantidad importante de personas es la Plataforma Financiera, en el sector de Iñaquito. De hecho, se prevé que en el futuro la estación del Metro tenga una conexión directa con esa infraestructura.

Fabián Mármol tiene un negocio de comida en la Naciones Unidas y Japón. Él contó que su ventas aumentaron con la presencia de los funcionarios de la Plataforma. “Si con la Plataforma ya vimos un incremento en el movimiento del comercio, la estación del Metro ayudará más”, señaló.

Para Orbea, esto debe acompañarse de una adecuada planificación, porque lo que podría pasar es que un grupo de privados capitalice una inversión pública de las características del sistema Metro.

Sobre esto, Mármol comentó que lo que se debe regular es el incremento desproporcionado de los arriendos de los locales.

En cada uno de los puntos donde se ubican las estaciones hay una dinámica distinta. “En todos los puntos, las oportunidades económicas y los grupos sociales son distintos. Se requiere de un estudio para conocer las capacidades y posibilidades para maniobrar sobre el uso, la ocupación y la intensidad de esos suelos”, dijo.

Sergio Garnica, concejal independiente y presidente de la Comisión de Uso de Suelo, señaló que las estaciones del Metro no solo influirán en el comercio sino también en la residencialidad.

“En las zonas donde estén las estaciones y, en general, por donde pase el Metro, se prevé un crecimiento en altura para el desarrollo de vivienda”, dijo.

Para Orbea, hay al menos dos zonas que podrían registrar un mayor crecimiento. Una es Quitumbe, donde también se construye la Plataforma de Desarrollo Social. Pero también se verá un cambio importante en El Labrador, según este urbanista, debido a que allí no había mucho desarrollo comercial, ya que funcionaba el aeropuerto de Quito.

Según Metro de Quito, se prevé que el sistema entre en funcionamiento a partir del segundo semestre del 2019. En los primeros meses de ese año empezará un período de pruebas, que tomará seis meses.

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