El método Webster deja fuera del Pleno a candidatos con alta votación

Diego Salgado tiene alta votación, pero no obtendría una curul, por el método Webster. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Diego Salgado tiene alta votación, pero no obtendría una curul, por el método Webster. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Diego Salgado tiene alta votación, pero no obtendría una curul, por el método Webster. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Tener una alta votación no es una garantía para alcanzar una curul en la Asamblea Nacional, tampoco un lugar en la representación ecuatoriana para el Parlamento Andino.

Esto, por una decisión plasmada en el Código de la Democracia, para dar cabida a la representación de las fuerzas políticas de las minorías. 
Con la legislación vigente desde el 2009, los escaños se reparten de acuerdo con las fórmulas matemáticas Webs­ter, en el caso de asambleístas nacionales, y D’Hondt, para asambleístas provinciales y parlamentarios andinos.


Los últimos escaños de la lista para legisladores nacionales suelen ser los más reñidos y los que más tardan en definirse tras los escrutinios, porque la votación se disputa entre partidos, más que entre los candidatos más votados.


Así, con el método actual y el 92,89% de actas escrutadas, Alianza País (AP) logra siete curules, la alianza Creo-SUMA tres curules, el Partido Social Cristiano (PSC) tres curules y los últimos dos puestos se reparten entre las minorías: Fuerza Ecuador (FE) e Izquierda Democrática (ID).
Si se hubiera aplicado el sistema anterior, los dos últimos puestos habrían sido para las fuerzas con más respaldo; AP, Creo-SUMA y PSC.


Con el cálculo del método Webster se quedaron fuera, pese a que tenían una votación alta, María Valladares o Diego Salgado, que pudieron disputarse la curul extra de la alianza de Creo-SUMA. Ella alcanzó hasta ayer 1 351 302 votos, mientras que Salgado, 1 351 534.
De igual forma, pudieron pelear por una curul Verónica Gallardo (2 490 310 votos) o Lorena Tapia (2 488 432), de Alianza País.

Lo mismo ocurre con los candidatos Henry Kronfle (1 014 407 votos) o Zoila Ollague (999 674 votos) del socialcristianismo.
Esto pasa porque en la etapa final del escrutinio, la votación para los candidatos que están abajo en la lista de los partidos con mayor apoyo pierde parte importante de su peso y cede espacio a las minorías, explica Sebastián Naranjo, de la iniciativa Cálculo Electoral, que ha realizado proyecciones del actual proceso electoral.


El asambleísta Virgilio Hernández, del oficialismo y quien participó de la construcción del Código de la Democracia, donde se estableció el actual sistema, explica que el método D’Hont se aplicaba antes para todos los legisladores. 
Pero se decidió cambiarlo en el caso de los asambleístas nacionales para que exista una mayor diversidad de fuerzas en esta dignidad.
Aunque existía la intención de darle mayor representatividad a las minorías, lo que ha pasado en los últimos años es que las decisiones las ha tomado una mayoría en la Asamblea.


Si en estas elecciones se hubiese aplicado el método D’Hont no hubiesen podido entrar a la Asamblea Nacional María Mercedes Cuesta, de FE (428 704 votos), Wilma Andrade, de la ID (351 833 votos) ni el expresidente Lucio Gutiérrez, del PSP (246 775 votos).


Parlamento Andino


La repartición de los cinco escaños disponibles para el Parlamento Andino, a pesar de tratarse de una representación nacional, se realiza bajo el método D’Hont y no por el Webster, que se aplica para asambleístas nacionales. 
Con las actas escrutadas en un 94,32% para esa dignidad, entrarán tres representantes del oficialismo: Hugo Quiroz, Rosa Mireya Cárdenas y Pamela Aguirre; uno de Creo-SUMA, Fausto Cobo, y una del PSC, Patricia Terán.


Este método deja por fuera a la postulante por el Acuerdo Nacional por el Cambio, de centroizquierda, Lourdes Tibán. De haberse aplicado el método Webster habría ocupado el lugar de Aguirre, debido a la variación de la fórmula, advierte la actual asambleísta por Pachakutik.
Tibán alcanzó hasta ayer 1 213 136 votos.

Independientemente del resultado, cree que lo más coherente es que se aplique el mismo sistema que el de los legisladores nacionales. “Para nosotros, es mucho más trabajoso recorrer 24 provincias para alcanzar un escaño”.

Además, con el método aplicado el oficialismo logra mayoría en esta dignidad. 
Aunque el papel que cumple el parlamentario andino no es vinculante; es decir, cada estado miembro de la Comunidad Andina decide si acoge o no las decisiones que se tomen.
Con 2 526 571 votos a su favor, Aguirre cree que es posi­tivo que se apliquen estos métodos de asignación, porque permiten la participación de minorías políticas.

Además de los tres representantes de AP, entran al Parlamento Andino uno del PSC y uno de Creo-SUMA. Hernández agrega que en esta u otras dignidades, el método no es lo único que incide en la asignación de un escaño, sino que es importante tomar en cuenta el tamaño del distrito, la forma de la lista y, además, la forma de la votación. “Mientras A. País se ha consolidado, la oposición ha estado dispersa. Eso se ve reflejado en la conformación de fuerzas”, dice.

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