Desafortunadamente, nuestros representantes en el exterior, de carrera o puestos por el gobierno de turno, nunca han servido… No lo digo yo, lo dice la historia.
Como ejemplo se habla de un acuerdo, el de Itamaraty.
Sería interesante saber qué dice aquel acuerdo que nunca se conoció, pues lo único que sabemos es que es uno de los más grandes fracasos de la diplomacia del Ecuador.
En algún momento se manifestó que aquel acto solo sirvió para vender la patria, cosa que en mi criterio así fue.
Pensar que hoy la política exterior pueda cambiar es de risa, ¿o acaso no hemos visto lo que viene aconteciendo tiempo atrás a la fecha?
Esto solo se puede calificar como otro traspié ecuatoriano, otra de las ‘metidas de pata’ del Gobierno que afirma que el país ya es de todos.
Diego Miranda E.