Berlín, AFP
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés Nicolás Sarkozy encabezaron las críticas contra Irán este domingo por la controvertida reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad, mientras subió el tono iraní contra los países europeos y Occidente en general.
En un comunicado fuerte, Merkel llamó a un recuento de votos y pidió a las autoridades iraníes renunciar a la violencia contra los manifestantes.
También pidió a las autoridades iraníes “autoricen las manifestaciones pacíficas, no recurran a la violencia contra los manifestantes, liberen a los opositores encarcelados y autoricen a la prensa a cubrir libremente” los acontecimientos.
Por su parte, el presidente francés Nicolas Sarkozy calificó de “inexcusable” la actitud de Irán “ ante el deseo legítimo de verdad de gran parte de la población iraní”, tras la reelección de Mahmud Ahmadinejad, en entrevista con la agencia de prensa Qatar News agency.
El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, condenó el domingo en un comunicado la “brutal represión” de las manifestaciones del sábado en Teherán, que dejaron al menos diez muertos y un centenar de heridos, según la prensa oficial.
Además llamó a la “liberación inmediata de las personas detenidas” y pidió a las autoridades “respetar la libertad de la prensa y de la comunicación”.
Por su lado, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que mantiene un fuerte pulso con Irán por sus ambiciones nucleares, consideró que “estamos manifiestamente frente a un régimen que reprime a su propio pueblo y siembra el terror”.
El ministro italiano de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, adoptó por su lado un tono más moderado y pidió a Irán “ favorecer el fin de la violencia ” y “ verificar la voluntad expresada por el pueblo ” durante las elecciones presidenciales.
El ministro italiano encargado de Asuntos Europeos, Andrea Ronchi, fue más duro: pidió “un iniciativa política fuerte” de la Unión Europea para que “trabaje en lograr el cese de la grave represión en Teherán y ofrezca su apoyo a todos los que reclaman un nuevo recuento del escrutinio”.
El gobierno italiano, “en ausencia de respuesta adecuada de las autoridades iraníes, examinará una actitud de extrema firmeza”, añadió Ronchi.
Principal objetivo de la andanada iraní es Gran Bretaña, acusada de “complot” y de “injerencia” en los asuntos iraníes, y que rechazó las acusaciones.
“Rechazo categóricamente la idea de que los manifestantes en Irán están manipulados o motivados por países extranjeros”, afirmó el ministro británico de exteriores, David Miliband.
“Lamento la violencia incesante contra aquellos que tratan de expresar su derecho de expresión”, añadió.
Irán decidió el domingo expulsar al corresponsal de la BBC y amenazó con tomar otras medidas contra los medios británicos.
En Estados Unidos la revista Newsweek pidió la liberación inmediata de uno de sus reporteros detenido el domingo en Teherán por las autoridades iraníes y cuyo paradero desconoce desde entonces.
La UE, según el ministro checo de Relaciones Exteriores, Jan Kohout, cuyo país asegura la presidencia de turno, prepara una reacción para el domingo por la noche o el lunes por la mañana.
Varias embajadas occidentales recibieron e-mails que les pedían que abran sus puertas a los manifestantes. Entre ellas, la de Suecia, país que se dispone a asumir la presidencia de la UE el 1 de julio.
En Europa se han celebrado manifestaciones de apoyo a los oponentes iraníes en Hamburgo (más de 2.000 personas) y en Berlín (varios centenares) . Un centenar de personas se manifestaron en La Haya y unas decenas en Moscú.