La canciller alemana, Angela Merkel, apuntó hoy (1 de junio del 2017) a que continuarán las polémicas deportaciones a Afganistán de ciudadanos a los que se le rechaza la petición de asilo en Alemania, al garantizar que se examinará cada caso de forma individualizada.
En rueda de prensa junto al primer ministro chino, Li Keqiang, Merkel fue preguntada por el futuro de esas deportaciones tras el grave atentado registrado ayer en Kabul y ante las críticas de las principales ONG que trabajan con refugiados y de políticos socialdemócratas y verdes.
La Canciller subrayó la necesidad de examinar con detalle la situación del país, provincia a provincia, estudiar cada caso de forma individual y concentrarse en los solicitantes de asilo que han cometido delitos en Alemania.
El atentado de ayer en Kabul, el más sangriento de los últimos 15 años al causar 90 muertos y 463 heridos, motivó la cancelación de un vuelo para deportar a un grupo de afganos que debía haber despegado ayer desde Alemania.
Según explicó el Ministerio del Interior, se suspendía por motivos logísticos, ya que la embajada de Alemania en Kabul, muy dañada en el atentado, no podía participar en la recepción de los deportados.
El Gobierno alemán sostiene que el nivel de inseguridad no es igual en todas las regiones afganas y mantiene su apuesta por deportar a los solicitantes de asilo que no consiguen protección en Alemania, aunque ONG como Amnistía Internacional o Pro Asyl creen que esa práctica supone poner en peligro la vida de seres humanos.
Según datos difundidos por medios locales, desde que el acuerdo para agilizar las repatriaciones que firmaron el pasado mes de octubre las autoridades alemanas y Afganistán, se han fletado cinco vuelos para esa deportaciones y han sido devueltos a su país de origen 106 afganos.
Una de esos intentos de deportación derivó ayer en violentos disturbios en la ciudad de Núremberg (sur), cuando los estudiantes de un instituto de formación profesional intentaron evitar la detención de uno de sus compañeros, un afgano de 20 años, con orden de expulsión.
Alrededor de 300 personas se unieron finalmente en una protesta espontánea; nueve policías resultaron heridos y tres personas fueran detenidas.