Medicina significa largas jornadas y el deseo de servir

Patricio Maldonado en una de sus clases en la Clínica de Simulación de Facultad de Medicina, en la Central.

Patricio Maldonado en una de sus clases en la Clínica de Simulación de Facultad de Medicina, en la Central.

Patricio Maldonado en una de sus clases en la Clínica de Simulación de Facultad de Medicina, en la Central. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Al nacer, el primer ser con quien interactuamos es un médico, y antes de morir, lo más seguro es que otro de estos profesionales nos atienda. Esa reflexión -recuerda Patricia Revelo- la ubicó en esa carrera universitaria, la más larga del sistema de educación, con una duración de 12 semestres.

La ibarreña, de 24 años, es una entre 2 986 alumnos de Ciencias Médicas, matriculados en la U. Central. En el semestre, que empezó en octubre pasado, hubo 4 000 aspirantes y solo 250 consiguieron cupos. La facultad se mantiene en los primeros puestos de las más postuladas por quienes rinden el Ser Bachiller.

La aspiración de Revelo es especializarse en dermatología. Y de este modo convertirse en uno de los profesionales que cuidan del ser humano.

Hoy es el Día del Médico Ecuatoriano. En el país prestan sus servicios 19 444 especialistas, además de 37 930 médicos generales, según el sistema de Registro de Títulos, en línea, del Ministerio de Salud.

En las ciudades más grandes como Quito, Guayaquil, Cuenca y Manta se concentra el mayor número de galenos. Y, detalla Salud, en las provincias de características geográficas extensas, de difícil acceso y territorio fronterizo, es en donde se presenta el mayor déficit. Entre otras en Sucumbíos, Esmeraldas, Manabí, Pastaza y Morona Santiago.

En el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM), del Seguro Social, trabaja Andrés Calle. El ginecólogo, de 61 años, ha ejercido durante 31. Se podría decir que es el prototipo del profesional que inspiró a Revelo, estudiante de noveno semestre.

Entre su consultorio privado, más sus servicios públicos en el IESS, ha traído al mundo a unos 7 000 bebés. Él ha dirigido la Sociedad de Ginecología y, como buena parte de sus colegas, cada año busca actualizarse. Ha estado en congresos en alrededor de 70 países.

Calle, como otros doctores, trabaja un promedio de 14 horas diarias. A las 06:00 llega al HCAM, en donde es coordinador de Docencia Hospitalaria. Antes fue jefe de Obstetricia y Ginecología. A las 20:00 suele estar de regreso a casa a menos que tenga una cirugía programada o una visita en una clínica privada.

Los alumnos de Medicina se hacen una idea del trajín que les espera en el ejercicio profesional, desde las aulas.

Revelo destina al menos 16 horas al día a la universidad. Y aunque viaja cada fin de semana a su natal Ibarra, no se desconecta del todo de los libros.

Coralia Tandalla, de 23, se imaginaba a sí misma con mandil y un estetoscopio, desde niña. Tras dos intentos en la prueba para acceder a la educación superior pública, alcanzó un cupo para Medicina en la Central. Antes, obtuvo una plaza para estudiar esa carrera, pero en Ambato. No la aceptó.

Ahora que cursa el séptimo semestre, sabe que tomó una decisión acertada. La posibilidad de ayudar y contribuir al mejoramiento de la salud en el país es su motivación mayor.

Calle señala que la profesión que escogió le ha dado más que prestigio, motivación. Muchas pacientes le dicen que después de agradecer a Dios, lo hacen a él por la vida de sus hijos.

Además, hay otra actividad que ha podido desempeñar gracias a la Medicina: la docencia. A las 13:30, el ginecólogo Calle se traslada a la facultad, ubicada en la Sodiro. Dicta clases en la rama de ciencias básicas. Ha sido parte del jurado de unas 100 defensas de tesis.

Miles han pasado por esas aulas. En el 2014, Carlos Montenegro, de 29 años, se graduó en la Central. Esa universidad incorpora anualmente a 650 médicos. Es decir, forma a buena parte de los noveles profesionales de la salud.

Su extenuante horario de trabajo en el Hospital Gineco Obstétrico Luz Elena Arismendy, en el sur, incluye un turno completo de 24 horas por semana. Le deja sin tiempo para hacer BMX, una de sus pasiones. Ahora busca la posibilidad de realizar un posgrado en cirugía plástica, en el exterior.

En Ecuador existen 70 programas de especialidades. Una comisión conformada por el Consejo de Educación Superior, el IESS, la Senescyt y el Ministerio de Salud trabaja en la ampliación de la oferta. La competencia por una beca es alta. Para cientos de plazas se inscriben miles de aspirantes.

María José Cisneros está próxima a graduarse en la facultad de Medicina de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE). Ella desarrolla su internado rotativo en el Hospital Axxis y en la Unidad Municipal de Salud Sur.

Las experiencias que vive en esa dependencia ratifican su deseo de trabajar en el área de la salud pública. Antes de aquello quisiera hacer una rotación en Europa, en las áreas de urología y ginecología.

Hasta el 2015, en el país había una tasa de 18,04 médicos por cada 10 000 habitantes. La meta del Ministerio es llegar al índice de 25 médicos, enfermeras y obstetrices por cada
10 000 personas. Por ello, dice, aún requieren que se formen más de estos profesionales.

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