En el Legislativo se intentó dar un espaldarazo al proceso de diálogo que impulsa el presidente Lenín Moreno, ayer, 6 de julio de 2017. La iniciativa no salió de Alianza País, su movimiento, sino más bien de uno de la oposición: Fuerza Ecuador (FE).
María Mercedes Cuesta, legisladora de esa tienda, propuso el debate de una resolución que también incluía un rechazo a las críticas realizadas a ese proceso, por parte del expresidente Rafael Correa.
La oposición logró juntar 54 votos a favor de la inclusión del tema en el orden del día. Sin embargo, no fueron suficientes para derrotar a los 63 votos negativos del oficialismo.
Solo ocho de los 74 legisladores de AP se abstuvieron de seguir la línea oficialista. Daniel Mendoza fue uno de ellos. El manabita expuso que aunque la iniciativa fue buena desde el punto de vista de apoyar el diálogo, él no podía votar a favor de una discusión que incluía posturas contrarias a Correa.
Eso ocurrió en medio de una fisura que enfrenta el oficialismo, y que fue evidenciada tras un cruce de mensajes entre Moreno y Correa.
El actual Presidente habló ayer del síndrome de abstinencia al poder. No fue necesario que mencionara a su antecesor. La publicación provocó réplicas y comentarios a favor y en contra. Incluso en las filas del propio Alianza País.
Fernando Alvarado, exsecretario de Comunicación; pidió a Moreno que no olvidara el “síndrome por falta de coherencia”. Según él, millones de militantes de la revolución ciudadana están sufriendo y existe “una desorientación aguda”.
Mientras que Vinicio Alvarado, su hermano, también exfuncionario, se dirigió a Moreno y a Correa de forma más sutil: “Gobernar no debe ser juego de niños, sin embargo parecen niños jugando. Un poco más de respeto y consecuencia”.
Las críticas al diálogo no solo llegaron desde la filas de
A. País. El principal partido de oposición también se pronunció a través de César Monge, director nacional de Creo.
Él, haciéndose eco de declaraciones pasadas de Correa y de algunas asambleístas, como Marcela Aguiñaga, pidió públicamente a Moreno y a sus colaboradores aclarar las acusaciones relacionadas a un supuesto pacto con Fuerza Ecuador (ex PRE), para entregar la administración de empresas del sector eléctrico.
“La pregunta es cómo así ante una declaración y acusación tan grave (…). Moreno y sus colaboradores permanecen mudos”, comentó Monge. Es la primera vez que Creo coincide con una línea política del anterior Gobierno.
En cambio, el mensaje de Lenín Moreno fue bien recibido por Abdalá Bucaram Pulley, quien lo calificó de “brillante”.
Moreno sigue dialogando.
El proceso de diálogo siguió ayer, pese a la tensión que ha generado. Al Palacio de Carondelet llegó ayer el exalcalde de Quito y excandidato presidencial Paco Moncayo. Oficialmente puso su experiencia y conocimiento a disposición para combatir las drogas.
Esa es una cruzada a la que ya se habían sumado el
expresidenciable Abdalá Bucaram Pulley y Cynthia Viteri, del Partido Social Cristiano.
Esos acercamientos fueron los que inicialmente incomodaron a legisladores de A. País, como Aguiñaga. Ella se ha convertido en el rostro más visible de la oposición interna.
Además, preside la Comisión de Justicia, un espacio clave para los planes próximos del Ejecutivo. En esa instancia se tramita, por ejemplo, el análisis de las 177 amnistías solicitadas por el movimiento indígena para líderes sociales procesados por delitos relacionados con protestas.
Franklin Samaniego (AP), vicepresidente de esa Mesa, se
comprometió a que ese análisis se realizará con base en criterios técnicos, legales y no político-partidistas. Para él no influirán los roces que se han registrado entre la titular de la Comisión y Moreno.
En la misma jornada, la Asamblea aprobó ayer con 116 votos el proyecto Estrategia de Diálogo y Participación, propuesto por el asambleísta Pabel Muñoz (AP).
Con la iniciativa se busca garantizar el derecho de las personas a participar en los asuntos de interés público en materia legislativa.