Miembros del colectivo Yasunidos en una rueda de prensa el 28 de octubre del 2014. Foto: EL COMERCIO
Paúl Zamora. Redactor
El 2014 fue un año marcado por las urnas. Las elecciones locales del 23 de febrero marcaron el derrotero político y planteó estrategias diferentes a los actores políticos. Alianza País, pasó de la victoria absoluta en el 2013 a perder las alcaldías en Quito y Cuenca; y no pudo derrotar a Jaime Nebot en Guayaquil. Si en la oposición se consideró una derrota del oficialismo, para esta, en cambio, fue apenas “un revés”.
Pero desde ese día las cosas cambiaron en el país de uno u otro modo. El colectivo Yasunidos vio que era posible derrotar al Gobierno en las urnas y la recolección de firmas para evitar la explotación en el Parque Nacional Yasuní tuvo una repercusión mayor en la sociedad. Y desde ese día, comenzó a instalarse en el debate de la política nacional la reelección indefinida, propuesta originalmente por el socialismo.
Al igual que años pasados, la relación positiva entre Ejecutivo-Legislatura ha sido uno de los puntos clave que ha marcado la dinámica. La llegada a la Asamblea de un paquete de leyes del Ejecutivo, activó al bloque verde que tuvo como balance 15 normas aprobadas. En este escenario, la Asamblea propuso 17 cambios a la Constitución, a mediados de año. Y con el dictamen de la Corte Constitucional resolvió que 16 de ellos se podían hacer vía enmienda, se allanó el camino para la legislatura. El 2015 estará marcado por la difusión de los contenidos de estas modificaciones.
Ni la oposición ni el oficialismo fueron capaces de impulsar nuevos cuadros con fuerza a nivel de todo el territorio. Según el analista político Santiago Basabe, “el Presidente sigue siendo el único actor en el tablero electoral a nivel de todo el país”.
Las organizaciones sociales también reaparecieron a pesar de las presiones que -dicen- sentir por el Decreto 16 y que las obliga a inscribirse en un sistema único y tener restricciones en sus posibilidades de acción. En ese sentido, Yasunidos fue la piedra en el zapato del oficialismo y el germen de los desafíos políticos que se concretaron en las distintas marchas.
En lo internacional, la inauguración de la sede de Unasur es un impulso a la integración regional. Pero la relación con otras naciones tuvo ciertos inconvenientes. La cooperación internacional vive aún momentos complejos con el país: salió la Usaid y la Konrad Adenauer y la reciente confrontación con Alemania dejó a la diplomacia en entredicho.
Las enmiendas
Pese que una enmienda a la Constitución no figuraba entre las prioridades para AP a inicios de año, ese panorama cambió. En junio, el bloque legislativo de Alianza País presentó ante la Corte Constitucional un paquete de 17 cambios entre los que se incorporaba la posibilidad de la reelección indefinida, la reducción de la edad de 35 a 30 y otros ajustes en el papel de Contraloría, Fuerzas Armadas… Cinco meses después, la CC resolvió que 16 de los artículos irían vía enmienda y por lo tanto cayeron en manos de la Asamblea. Tres consultas populares se impulsaron para evitar la que corresponde a la reelección indefinida: la del Partido Sociedad Patriótica, y de Compromiso Ecuador y Democracia Sí.
Yasunidos
El colectivo Yasunidos vio truncada su intención de impulsar una consulta popular para evitar la explotación petrolera de un área del Parque Nacional Yasuní. Luego de un proceso de recolección de firmas, solo obtuvo 359 761 rúbricas válidas de las 583 324 que se necesitaban para convocar a una consulta popular, según el Consejo Nacional Electoral (CNE). Así se puso fin a la iniciativa de esta agrupación. Con ello, comenzaron las jornadas de protesta con el fin de “defender las firmas”. Sus líderes denunciaron que el proceso de verificación tuvo irregularidades, mientras los vocales del CNE reivindicaron su transparencia. Pero Yasunidos marcó en el país la posibilidad de desafiar al Gobierno, inspirados en los resultados electorales.
Elecciones seccionales
Las elecciones seccionales se desarrollaron con normalidad. Si bien Alianza País se ratificó como la fuerza política más grande del país al haber obtenido 10 prefecturas y 68 alcaldías, la pérdida en las ciudades de Quito y Cuenca y la imposibilidad de revertir la hegemonía socialcristiana en Guayaquil, significó un revés para el movimiento verde. Los opositores Mauricio Rodas (SUMA) ganaron en Quito y Jaime Nebot (PSC) en Guayaquil. En cambio, partidos nuevos como Avanza, salieron fortalecidos al conseguir 34 alcaldías y una prefectura en su primera lid local. En cuanto a infraestructura tecnología, estas comisiones fueron importantes porque se implementó en el Ecuador dos sistemas de voto electrónico cuyos planes piloto fueron ejecutados.