Los mata malezas, los más usados

Redacción Guayaquil
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Con una bomba de fumigación en la espalda,  Dionisio Vera recorre los costados de las parcelas de arroz, ubicadas en la vía La Troncal-Puerto Inca.
 

Precios y ventas
De  los  USD 300  millones que se facturan,   232 millones corresponden a los plaguicidas que son demandados por los agricultores. En este segmento están los arroceros, maiceros, soyeros y demás agricultores de otros cultivos de ciclo corto. 
Una parte de los  campesinos empieza a utilizar los abonos orgánicos para reemplazar a los agroquímicos y reducir sus costos de producción y la contaminación. El objetivo es ampliar mercados que prefieren bienes ecológicos y orgánicos.
La fijación de  precios en ciertos insumos genera debate entre los agricultores y los importadores de químicos. Los primeros señalan que no se cumplen y los otros que no se deben  fijar, porque varían en los mercados.

Su tarea es rociar un herbicida para que la maleza no crezca y el cultivo se beneficie de los nutrientes, agua y luz. Vera trabaja en la hacienda Ruidor,  que tiene más de 15 hectáreas de arroz.

La rutina que hace Vera es de 2,5 veces por ciclo del cultivo para que la producción sea rentable y no haya problemas por las malezas. Ese producto se utiliza en las 300 000 hectáreas de arroz que se distribuyen en Guayas, Los Ríos, El Oro y Loja. También se  usa  en  los cultivos de maíz, soya, ciclo corto, entre otros.

Los herbicidas más importantes son los que tienen  glifosato y paraquat y son muy requeridos por los agricultores.     Los  dos se diferencian porque el primero mata la maleza en forma sistemática y el otro,  al contacto.

En el mercado existen más de 60 marcas de los herbicidas que contienen como materia prima al glifosato - importado- y 10 marcas con paraquat.  Este producto  facturó en  2008 más de USD112 millones. Estos productos son importados  y existen más de 60 compañías que los comercializan. Las firmas que lideran las ventas son Agripac, Ecuaquímica,  Bayer y otras.

Los herbicidas forman parte de la familia de  los plaguicidas, que incluyen a los insumos denominados  fungicidas, insecticidas y nematicidas.
Fernando García, director de Croplife, que agrupa a las empresas transnacionales productoras de esos insumos, sostiene que en el país se  mezcla el glifosato con otros productos y se los envasa para comercializarlo. Para cada cultivo hay una fórmula diferente.

Los fungicidas también generan negocios en el campo,  pues tienen que controlar el hongo de la sigatoka negra, que afecta a las bananeras y que suman más de 180 000 hectáreas.

Los productores invierten entre USD 350 y  400 por hectárea para cuidar su plantación y evitar que el hongo de la sigatoka  queme las hojas y se suspenda el desarrollo de la fruta.

Las formas de aplicación son aéreas y por tierra.  Ángel Gómez, empleado de la hacienda María Fernanda, en La Troncal, prefiere hacer su aplicación por tierra. Con su bomba de fumigación recorre las bananeras y aplica el producto, para proteger las hojas de la sigatoka negra.
 
En el ramo de  fungicidas se facturó en  2008 cerca de USD 130 millones y sus principales clientes son los bananeros, floricultores, horticultores  y demás. 
Los costos de los productos  van  desde  USD  14 hasta  47 el litro y depende si se va a curar o a prevenir el hongo. Por cada hectárea se aplica un litro. Los curativos son los más caros, que van desde los USD 26 hasta los 47.

Daniel Loor, gerente Agrícola de Agripac, dice que  los fungicidas son los más  demandados en el mercado  y  los clientes más constantes son los bananeros. “El hongo es una enfermedad muy agresiva que aumenta según las condiciones climáticas. Cuando es muy fuerte la presión del hongo,  los productores deben aplicar fungicida cada dos semanas”.
García cuenta que en el mercado local existen más de 1 700 formulaciones de agroquímicos que se utilizan en el campo. “En ese segmento los que más se mueven son los fungicidas”.

Pero los fertilizantes también son los actores en el campo. Son elementos que requiere la planta, como el  nitrógeno y  la urea para el desarrollo. Ahí se combinan el fósforo y el potasio.
 
La demanda de fertilizante supera las 700 000 toneladas y los mayores importadores son Fertisa, Delcorp  y   Agripac.
Los expertos señalan que en  2009 la demanda de estos productos se reducirá en un 22% por la fijación de precios.

Según el Banco Central,   la importación de fungicidas se redujo USD 10 millones en los primeros ocho meses de este año, en comparación con el mismo período del año pasado.

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