Masiva demanda del Plan Toda Una Vida

Adultos mayores, jóvenes y madres llegaron ayer a la Plataforma Financiera, en la av. Amazonas, en el norte de Quito, para registrarse. Foto: Eduardo Terán/EL COMERCIO

Adultos mayores, jóvenes y madres llegaron ayer a la Plataforma Financiera, en la av. Amazonas, en el norte de Quito, para registrarse. Foto: Eduardo Terán/EL COMERCIO

Adultos mayores, jóvenes y madres llegaron ayer, 27 de julio de 2017, a la Plataforma Financiera, en la av. Amazonas, en el norte de Quito, para registrarse. Foto: Eduardo Terán/EL COMERCIO

La fila de personas alcanzó unos 100 metros, ayer, 27 de julio de 2017, a las 09:00. Mujeres con niños en brazos, adultos mayores y familias enteras rodearon el perímetro norte de la Plataforma Financiera, en Quito.

El Plan Toda una Vida, del Gobierno, despertó su interés. Los primeros llegaron con la luz del día. Luis Faz, de 66 años, estuvo a las 05:00.

Un gorro de lana, con el logo de Alianza País bordado, lo protegió del frío. Avanzó lentamente, igual que la fila, con la ayuda de un bastón. Se inscribió en el plan Mis Mejores Años, que permite a los adultos mayores no asegurados recibir USD 100 al mes y asistencia médica.

Faz trabajaba como albañil, hasta hace cuatro años. La caída que tuvo, desde un andamio, le ocasionó la obstrucción de un pulmón.

Desde entonces no ha podido trabajar. Vive con uno de sus seis hijos. Él acaba de terminar el décimo año de educación básica.
Con el bono del Gobierno espera sumar para que continúe sus estudios. Sus otros hijos también lo ayudan, en la medida de sus posibilidades.

Los funcionarios de la Secretaría Toda Una Vida, que aún llevan chalecos del extinto Ministerio Coordinador de Desarrollo Social, ayudaron a Faz con información y lo acompañaron durante la espera.

Según esa institución, desde inicios de junio hasta el 26 de julio se han inscrito 33 700 personas en el país, en todos los programas del Plan Toda Una Vida. Son ocho en total. Casa Para Todos, Mis Mejores Años, Trabajo Joven, Menos pobreza Más Desarrollo y Misión Ternura. Se suman las misiones Manuelas, Joaquinas y Plan Mujer.

Rosa Padilla llegó desde el centro de Quito -con su cuarta hija (15 años) y su madre (72 años)- en busca de una vivienda. En la fila caminaba con dificultad, por las várices en las piernas y un dolor en la columna que la aqueja.

Recibe terapias en el Hospital Eugenio Espejo, cada martes. Tiene a su cargo a su madre y sus seis hijos. Todos subsisten de la venta de comida ambulante: papas fritas, maduros, pinchos y pristiños.

Desde hace 18 años arrienda una vivienda con dos dormitorios en el sector de San Juan. El dueño de casa la ayuda cobrándole solo USD 75 mensuales. Pero desde hace un año le insiste en que debe dejar el inmueble para poder repararlo. Con cada lluvia se inunda.

Hasta diciembre se prevé la entrega de 10 000 viviendas en seis ciudades del país. Quito, Guayaquil, Manta, Chone, Ambato y Tulcán. En el primer año de Gobierno (hasta mayo 2018) se harán 50 000 casas.

Según Irina Cabezas, secretaria técnica del Plan, la inversión inicial será de USD 500 millones. La construcción se ejecutará con alianzas público-privadas. Silverio Durán, presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción, dice que la expectativa del sector de la construcción privado es que al menos el 85% de las obras esté en sus manos. Las conversaciones avanzan.

Lo que se ha definido hasta ahora son detalles técnicos. Por ejemplo, que las casas serán de 52m², con dos dormitorios, sala, comedor, cocina y baño. Cada una tendrá un costo aproximado de USD 12 600.

Aunque las dimensiones y el precio podrían variar según el tipo de predio (urbano o rural) o si la zona cuenta con servicios básicos.

Los terrenos serán donados por los gobiernos locales. Dentro del proceso del diálogo nacional, el Gobierno ha concretado alianzas con cabildos como el de Guayaquil, de Jaime Nebot (socialcristiano) y Mauricio Rodas (SUMA).

La relación ha sido objeto de críticas, por parte de un segmento del partido de Gobierno. La secretaria Ejecutiva de AP, Gabriela Rivadeneira, no comulga con que las políticas del Gobierno y los planes emblemáticos se presenten como plataformas de rostros que han sido de oposición.

“No se trata de llevarse una foto por un terreno. Se trata de la construcción social que debe estar a cargo de los actores políticos que creemos en esa organización social”.

De los ocho programas del Gobierno, dos comenzarán desde la siguiente semana de manera oficial. Mis Mejores Años y Casa Para Todos.

No es necesario que las personas acudan personalmente para inscribirse. Desde la siguiente semana se habilitará un enlace en el portal web del Plan Toda Una Vida.

Ayer, los funcionarios de la Secretaría se lo recordaron a las personas que llegaron a la Plataforma Financiera.

Pero Carlos Guamán, Juan Chasi, Rocío Cedeño y Ana Martínez prefirieron esperar en la fila. En casa no cuentan con servicio de Internet. Además, para ellos es una dificultad utilizar la computadora.

Martínez, de 46 años, se enteró de las inscripciones a través de un vecino. Ella ya se había inscrito durante la campaña electoral, pero prefirió volverlo a hacer para sentirse más segura. Está interesada en el bono de desarrollo humano. Ya había intentado ser beneficiaria dos veces durante el Gobierno anterior, pero sin éxito.

En ese momento era empleada de una empresa que ofrece servicio de limpieza a otras entidades. Desde hace cinco meses está desempleada y espera que su situación influya para que sea tomada en cuenta.

Tiene tres hijos que asisten a una escuela pública en el sur. Espera que el dinero del bono llegue antes de septiembre, cuando más necesita de recursos por el inicio del año lectivo. Con el programa Más Desarrollo se entregarán bonos de hasta USD 150 a personas en situación de pobreza extrema o que tengan alguna discapacidad.

En contexto
Dos de los principales programas del Plan Una Vida; Casa Para Todos y Mis Mejores años, arrancan desde la siguiente semana. El diálogo nacional que se impulsa desde el Ejecutivo ha permitido concretar alianzas público-privadas para su ejecución.

Suplementos digitales