Entre las llamadas frutas finas, las más extendidas en Argentina son el arándano y la frutilla (‘berries’), y, en menor medida, la frambuesa y la cereza, consideradas ‘cherries’.
Miriam Becker
Columnista
Es periodista y comenzó su carrera en la revista Mucho Gusto, centrada en los temas del hogar y la cocina, donde unió sus vocaciones. Luego pasó a los programas de televisión y los libros. La Nación, Argentina, GDALos ‘berries’ frescos, que ganaron espacio entre los consumidores argentinos, son reconocidos no sólo por su delicioso y particular sabor ácido, sino también por sus propiedades.
Hasta hace unos años eran frutas del sur, añoradas por los viajeros que regresaban con los dulces de esa región. Actualmente, una tecnología de avanzada acercó a los porteños estas variedades, siempre que el granizo y las heladas no dañen la cosecha cuando no se dispone de las protecciones correspondientes. El viento constituye también una gran limitación para el desarrollo de las plantaciones de frutas finas, con buenas posibilidades comerciales. A continuación, algunas de las principales.
Arándanos: baya esférica de un azul intenso e importantes cualidades alimentarias y medicinales. Posee bajas calorías, alto contenido de vitamina C, potasio y fibras. Muy delicados, controlar que el fruto no esté dañado; conservarlos unos días en la heladera.
Frutillas: tienen alto contenido en antioxidantes. Conviene comprarlas a granel, porque en las bandejitas solo se pueden ver las primeras. Deben ser firmes y casi rojas hasta el cabito, para lograr su madurez total en uno o dos días más. Los naturistas dicen que son depurativas de las vías renales y urinarias. Las frutillas se pueden conseguir todo el año, pero en su mejor versión entre agosto y diciembre.
Frambuesas: contienen vitaminas A (carotenos), C y ácido fólico; son muy delicadas y conviene consumirlas a la brevedad para que no se pasen. Grosellas: poseen una gran cantidad de vitamina C; consumirlas bien maduras. Hay rojas y negras.
Un dato a considerar: no hay que guardar las cerezas junto a hortalizas de aroma fuerte porque se modifican el sabor de la fruta.