Margarita Carranco, secretaria de Inclusión del Distrito Metropolitano, planea reunirse la próxima semana con delegados de la Secretaría de Salud y también de la Agencia Metropolitana de Control, para hablar sobre el caso. Foto: Maria Isabel Valarezo / EL COMERCIO.
El caso de la pitbull Atena, que atacó y mató a Jorge Matías, de 2 años, el 28 de febrero, ha puesto a Quito a debatir sobre la tenencia de mascotas. Eso afirma Margarita Carranco, secretaria de Inclusión del Distrito Metropolitano, quien planea reunirse la próxima semana con delegados de la Secretaría de Salud y también de la Agencia Metropolitana de Control, para hablar sobre el caso.
Carranco impulsa la aprobación de una Ordenanza de Protección de Derechos para 10 grupos de atención prioritaria, entre los que están los niños, las mujeres, las personas con discapacidad, los adultos mayores, también la naturaleza y los animales.
Consultada sobre cuál será el desenlace del caso Atena, que el lunes no recibió una acción de protección en la Unidad Judicial Tres de la Familia planteada por el colectivo Protección Animal Ecuador, Carranco admitió que en la ciudad aún hace falta aprender sobre el trato a los animales.
“Si se consulta a la ciudadanía, unos estarán a favor de Atena, pero la mayoría dirá los perros son perros, que muera porque más vale la vida del niño. Otros están en el medio, en ese filo, sin saber a quién defender”.
La Secretaría de Inclusión defiende al niño, pero también a los animales. Carranco asegura que la ciudad vive un proceso de aprendizaje. “La conciencia animal está en proceso de construcción en Ecuador”.
Recuerda que hay países en donde no se permiten ver a un animal en la calle. En esos lugares, comenta, es tan grave como ver a un niño abandonado.
Una de las preocupaciones que le han manifestado los grupos de protección de los animales es que se estigmatice a razas como la pitbull. Dice que le han dicho los expertos que el animal maltratado provoca violencia, la misma violencia de la que pudo haber sido víctima.
“Hay que trabajar en la toma de conciencia de derechos de animales. Quien pega y maltrata a un animal está muy cerca de hacer lo mismo con un ser humano. En un ambiente en donde maltrato al animal y lo mato, hay que tener cuidado. Si disminuimos los niveles de violencia con un animalito, prevenimos femicidio, por ejemplo”.
La Secretaría de Inclusión delinea un proyecto para en el futuro trabajar con mascotas rescatadas de la calle y ciudadanos con diferentes problemas. Cree que la reunión de la próxima semana será una oportunidad de aprender sobre las preocupaciones de cada instancia.
Carranco recordó que un profesional en el tema de animales le contó una experiencia con personas privadas de la libertad, a las que les llevaron perros. Una persona, considerada muy peligrosa, no quiso separarse de un animal, que sacó su instinto de protección.