Holger Nazareno, de 46 años, murió la noche del 9 de junio. Él fue una de las 32 personas afectadas por la fuga de gas amoníaco en el pesquero Betty Elizabeth. Foto: EL COMERCIO
Un séptimo estibador falleció, por las secuelas de la fuga de amoníaco del atunero Betty Elizabeth.
Se trata de Holger Alfonso Nazareno Estacio, de 46 años, quien murió la noche del 9 de junio del 2014. Este estibador era una de las 32 personas que resultaron afectadas por la fuga de gas amoníaco en el pesquero Betty Elizabeth, el 23 de abril pasado. Nazareno fue ingresado a una clínica privada en la ciudad de Manta, en la provincia costera de Manabí, junto a otros cuatro compañeros. Tres de ellos fallecieron en la Unidad de Cuidados Intensivos del centro de atención privado y uno aún continúa hospitalizado.
El día de la fuga de amoníaco perdieron la vida cuatro estibadores que trabajaban en las tareas de descarga de atún.
Personal de la clínica informó ayer al personal de la Policía de Criminalística para que se encargara del levantamiento del cadáver. La diligencia se llevo a cabo pasadas las 20:15. Luego, el cuerpo fue llevado al Centro Médico Forense, ubicado en el sector de Urbiríos. Ahí los médicos legistas le realizaron la autopsia.
El cadáver fue retirado por sus familiares a las 07:00 del 10 de junio del 2014, para llevarlo a Santo Domingo de Los Tsáchilas, de donde era oriundo. Nazareno tenía un año viviendo en Manta con su familia.
Ricardo Fernández de Córdova, representante legal de los propietarios del Betty Elizabeth, explicó que “hasta el momento el seguro ha pagado las respectivas indemnizaciones por igual a cada uno de los familiares de las víctimas. No se puede revelar el monto”.
Según Fernández de Córdova, “el informe pericial sobre el accidente, realizado por personal de la Marina, determinó que hubo un error humano de la cuadrilla”.