Un tramo de la vía Montecristi-La Pila, en Jipijapa, que comunica a Guayas, presenta algunos daños en el asfalto. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO
La red vial de Manabí de 1 143 kilómetros está en condiciones de afrontar un nuevo fenómeno de El Niño, según las evaluaciones del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) y de la Prefectura manabita.
Sus conexiones principales son con Guayas y Santo Domingo de los Tsáchilas.
Viajar de Manabí a Guayaquil y Quito era una verdadera odisea hace 17 años, dice Víctor Espinosa, jefe del Departamento de Obras Públicas de la Prefectura. “Hoy tenemos una infraestructura vial en buenas condiciones, si se presentara el fenómeno de El Niño”.
Espinosa recuerda que la vía Manta-Guayaquil, de 199 km, se cortó en dos tramos en el Niño de 1997-98 . Fue en los sectores de Quimís y Sancán, por el desbordamiento de los ríos y quebradas, que dejó incomunicada a Manabí con Guayaquil.
El funcionario asegura que las distancias se triplicaron de Manta a Guayaquil, de tres a 9 horas. Había que hacer trasbordos para llegar, especialmente hacia el aeropuerto José Joaquín Olmedo, por donde viajan los manabitas al exterior.
En los ocho años de este Gobierno se ha reconstruido, en el plan Relámpago, el 95% de la red vial estatal, señala Franklin Bernal, subsecretario de Obras Públicas para Manabí.
Se han invertido USD 1 300 millones, afirmó. Se trabajó en la carretera Rocafuerte-Tosagua-Chone- El Carmen, de 226 km, cuyo eje conecta a Santo Domingo. Es una obra mixta con tramos de pavimento flexible y rígido, detalla Bernal.
El enlace vial a Guayas está transitable, afirma. Ambos tramos fueron reconstruidos. Los otros 718 km están distribuidos en vías como la costanera desde Puerto López -por el sur- hasta Pedernales -al norte- con 275 km. Se suma la reconstrucción de 10 tramos viales de 443 km.
En el eje vial a Guayas se empieza a notar el desgaste de la carpeta asfáltica. El 80% del trazado se encuentra en el sureste de la provincia. Algo parecido sucede en el norte, a la altura del cantón Flavio Alfaro, en un tramo de 5 kilómetros. La vía se dañó debido a la humedad de la tierra; ese tramo conecta con Santo Domingo.
Por el carretero a Guayaquil se movilizan diariamente aproximadamente 10 000 vehículos, según estudios de la Prefectura de Manabí.
Por ahora el desprendimiento de la carpeta asfáltica es notorio desde la Y de Montecristi hasta el sector La Pila, un poblado de artesanos de la cerámica. En un tramo de ocho kilómetros, el asfalto está resquebrajado y hay baches.
Quienes viajan semanalmente a Guayaquil aspiran que los baches no se conviertan en huecos, como en 1997 después del azote de El Niño.
Juan Carlos Castro, guardia de seguridad de una empresa de Manta, transita tres veces por semana. “Aquí esperan que aparezcan los baches para dar mantenimiento, yo creo que deberían concesionar esta vía”.
En los poblados de La Pila, Sancán y Quimís, ubicados sobre las márgenes de la carretera, sus habitantes están preocupados. “La vía para nosotros es el motor económico”, indica Manuel Anchundia, propietario de uno de los 25 negocios de venta de tortillas de maíz. “En 1997-98, los ocupantes de los pocos carros que pasaban no paraban a comer o a hacer compras. El tiempo de viaje hoy es de tres horas”.
En Quimís, los parches son notorios en la vía. Llegan los trabajadores, ponen asfalto sobre lo baches y se van, ese material no soportará las precipitaciones, afirma el dirigente campesino de Jipijapa, Wilmer González. Por ahora el tramo que empieza a resquebrajarse es el de Montecristi a Jipijapa; de ahí hacia la zona de la Cadena -límite con Guayas- está en buenas condiciones, asegura.
Gerardo Zambrano, conductor de una unidad de transporte interprovincial, viaja tres veces por semana de Manta a Quito. Cuenta que se da mantenimiento a un tramo de concreto, a la altura de Flavio Alfaro, donde empezó a llover.
En Rocafuerte (centro de Manabí), cerca del sitio El Ceibal, el Gobierno construyó un nuevo puente. También se elevó hasta tres metros la carretera en un tramo de dos kilómetros para evitar que los desbordamientos del río Portoviejo causen daños en la vía y el tráfico de vehículos se detenga, como sucedía en los últimos 15 años.
Para Xavier Navia, funcionario del MTOP en Manabí, la red vial está en muy buen estado, para soportar el posible Niño. Afirma que 700 kilómetros están en manos de varios contratistas. “Ellos tienen la obligación de seguir con su mantenimiento”. Hay 400 kilómetros que están a cargo de la Dirección del MTOP en Manabí.
En contexto
Hace 17 años, las carreteras manabitas fueron las más destruidas por el fenómeno de El Niño de 1997-1998, considerado uno de los más destructivos. La red vial fue cortada y muchos tramos desaparecieron bajo el agua. Está previsto que el nuevo Niño llegue a finales de diciembre de este año.