La semana pasada, la Policía del Guayas exhibió las armas que decomisó entre enero y abril de este año en tres cantones de esas provincias. Foto: Cortesía Ministerio del Interior.
La ráfaga de tiros llevó a todos al piso. Los testigos se ocultaron detrás de los vehículos y pegaron el rostro al asfalto. Una de las tres balas penetró el abdomen de Juan, un albañil de 50 años. El proyectil destrozó órganos y salió por el muslo derecho. La víctima sufrió cuatro paros cardiacos antes de que su corazón dejara de latir.
El ataque ocurrió hace un mes y medio en el norte de Quito. Minutos antes del asalto, el obrero retiró USD 3 400 para pagar los sueldos de sus compañeros. Otro albañil que estaba con él recibió un disparo que atravesó su cuello. Pasó 10 días en terapia intensiva.
Hace seis días, dos motorizados hirieron a una niña de 12 años en la carretera Pueblo Nuevo-Simón Bolívar (Los Ríos). La bala se alojó en el cerebro y hasta ayer 7 de junio su estado era delicado. La pequeña iba con su padre en un auto que los sospechosos intentaron robar.
En el país, el uso de armas de fuego para perpetrar asaltos u homicidios es alto. Informes de la Fiscalía revelan que en el 2014 se reportaron 1 303 crímenes. En el 52,33% de esos hechos violentos se usaron revólveres, pistolas, cartucheras…
Los datos refieren un porcentaje similar (51,63%) en las 372 muertes registradas en los cinco primeros meses de este año.
Desde el 2012, el control de armas regresó a las Fuerzas Armadas. El jueves 4 de junio, en un foro sobre el tráfico de armamento, desarrollado en la Flacso de Quito, Édgar Játiva, director nacional de control de armas de las FF.AA., señaló que los operativos se han incrementado y que esas tareas las hacen junto con la Policía. En el 2014, la Unidad que maneja Játiva destruyó 5 513 armas en el país.
Las autoridades no saben la cantidad de armas de fuego que circulan ilegalmente en el país, pero se habla de un “alto porcentaje”. Entre enero y abril de este año, por ejemplo, solo en tres cantones del Guayas (Guayaquil, Samborondón y Durán) la Policía detuvo a 4 356 personas por porte y tenencia ilegal.
El 89% de sospechosos llevaba las armas escondidas en autos y motos. El otro 11% en su vestimenta y fue arrestada mientras caminaba.
Investigaciones de la Fiscalía advierten que las mafias locales se abastecen de pistolas y revólveres que llegan de Perú y Chile. Incluso se sabe que una parte proviene de los rastrillos de las fuerzas militares de esas naciones. Las armas ingresan por la frontera sur y se acopian en Santo Domingo. Desde esa ciudad se distribuyen a otros puntos como Guayaquil, Quito, Manta, Esmeraldas, etc.
Países que recorre la ruta de las armas
El día del ataque, Segundo, el compañero de Juan, recuerda que escuchó el sonido de una moto acercándose. Uno de los sospechosos les apuntó. “Denme la plata o les mato”, amenazó. Luego hubo el tiroteo. No sabe qué tipo de arma utilizaron en el asalto. La familia de la menor atacada en Los Ríos tampoco. Los médicos no han podido extraerle el proyectil alojado en su cerebro.
Datos de FF.AA. y Policía refieren que más del 60% de armamento decomisado en el Ecuador son revólveres, seguido de pistolas y cartucheras.
No todo este material termina en manos de las bandas locales. Una parte va a Colombia, específicamente a las FARC y a grupos irregulares y a la minería ilegal en Ecuador.
Los investigadores han identificado al menos 25 puntos clandestinos en la frontera colombo-ecuatoriana por donde las mafias trafican las armas.
En un informe, la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc) dice que Quito es un punto de paso del armamento que va a los Frentes 29 y 48 de las FARC.
En los últimos dos años la Fiscalía ha reportado una leve tendencia a la baja de los crímenes perpetrados con pistolas, revólveres o cartucheras.
Los militares atribuyen esa reducción a la prohibición de fabricar armas de fuego que rige en el país desde septiembre del 2013 y también a los controles en carreteras que ejecutan a escala nacional.
No obstante, los ataques con este tipo de aparatos son recurrentes. En el mercado ilegal una pistola calibre 9 milímetros se la puede conseguir por USD 350. Los montos llegan hasta USD 5 000. Todo depende del tipo de arma (revólver, fusil de asalto, escopeta), año de fabricación, si es nueva o el estado en que se encuentre si es usada.