Los padres de Cattleya presentaron una denuncia ante la Fiscalía por el delito de violación a la intimidad y por la vulneración de derechos. Foto: Cortesía
Lo supo desde que tenía 1 año. Le atraían las muñecas y le encantaba el color rosa. Cattleya es una niña trans. Nació biológicamente niño, pero a los 7 años comenzó la transición con el apoyo de sus padres y hermanos.
Su historia fue compartida durante un foro el 6 de junio de 2018, que se realizó en el cantón Durán. La reunión fue organizada por colectivos Glbti (gais, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales) y abordaron temas como niñez trans, las consecuencias del bullying contra la diversidad sexual en distintos espacios y las familias diversas.
Poco después comenzaron a circular mensajes en redes sociales que generaron polémica. En algunas se muestra la fotografía de Cattleya. Este martes 17 de julio del 2018, la madre de la niña leyó una carta para pedir respeto.
“Nadie tiene derecho a decirnos cómo criar a nuestros; nosotros tampoco podemos decir cómo criar a sus hijos. Por tal motivo pedimos, basta ya de utilizarnos para justificar marchas injustificables. Todos somos familia”, dijo la madre, quien creó la Fundación Cattleya en Manabí, para acoger y brindar apoyo a las familias diversas, en especial aquellas con niños trans.
Algunos de esos mensajes convocan a una movilización contra la ideología de género en las mallas curriculares de las instituciones educativas. Esto en relación a una circular que plantea la inclusión de aspectos como las nuevas masculinidades, mujeres en su diversidad, prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres, cambio de roles y eliminación de los estereotipos de género.
Neyda Barcos, transfemenina, fue una de las organizadoras del foro al que asistió Cattleya. Explicó que el objetivo era sensibilizar sobre la diversidad sexual para erradicar la discriminación en varios espacios, como las instituciones educativas.
Ella contó que vivió una niñez y adolescencia ocultas. “Cuando tenía 13 años, un profesor me escupió en la cara porque no podía engrosar la voz. Mi madre intentó reclamar ante la homofobia, pero no sucedió nada. Desde entonces mis compañeros comenzaron una guerra en mi contra por ser diferente”, recordó.
Barcos agregó que fueron invitados funcionarios de los Ministerios de Educación y Salud. En los días previos, las autoridades educativas emitieron un comunicado para aclarar que no organizaban ni convocaban a estudiantes para que asistan al encuentro No pido que me aceptes, pido que me respetes. “La participación de los niños y las niñas es aislada y bajo la autorización de sus representantes”, citaba el documento.
“No se está utilizando la imagen de una niña para querer homosexualizar, como se ha dicho en las redes, al resto de niños, niñas y adolescentes”, aclaró Diana Maldonado, quien dirige el Observatorio de Derechos Humanos, Colectivos y Minorías.
Los padres de Cattleya presentaron una denuncia ante la Fiscalía por el delito de violación a la intimidad y por la vulneración de derechos. “Nuestras armas para defender a nuestros hijos son nuestro amor y la Constitución. Lucharemos incansablemente para lograr la exigibilidad y el cumplimiento de nuestros derechos”, reiteró.