En El Cajas hay 235 lagunas en 28 000 hectáreas. Fotos: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO
El macizo de El Cajas cumple hoy, 29 de mayo, dos años como Reserva Mundial de Biósfera. Pero no hay un plan de manejo ni comité que administre 976 000 hectáreas que son parte de la nominación de la Unesco.
A la Corporación Municipal Parque Nacional El Cajas de Cuenca le tomó dos años elaborar el expediente técnico y otro más para que la Unesco lo incluyera en esa categoría.
El documento aprobado estableció como zona núcleo al Parque Nacional El Cajas y al Área de Recreación Quimsacocha. Son más de 30 000 hectáreas con sistemas lacustres que albergan 235 lagunas de origen glaciar y un pajonal, que es similar a una esponja natural.
También incluyó una zona de amortiguamiento y otra de transición que contemplan territorios de 64 parroquias de 15 cantones de Azuay, Cañar, El Oro y Guayas. El siguiente paso era desarrollar un trabajo conjunto entre los involucrados.
Pero no se cumplió. Según el subgerente de Gestión Ambiental de la Empresa Municipal Etapa, Fabián Toral, este mes estaba prevista la primera reunión para debatir este tema, “pero a última hora se suspendió y no sé la razón”.
Pero Juan Carlos Valencia, coordinador zonal del Ministerio del Ambiente, dijo que sí han avanzado, aunque admitió la falta de reuniones con todos los involucrados. “Nos reunimos con autoridades de esta y de otras carteras de Estado de las cuatro provincias”.
Para Franklin Buchelli, experto en ambiente, esa cita de trabajo es necesaria para coordinar las acciones y elaborar el plan de manejo que determinará los lineamientos técnicos, administrativos y legales para administrar el macizo.
Buchelli considera que ese documento será la guía para regular las actividades ambientales, económicas, productivas, mineras y turísticas para conservar el ecosistema.
De lo contrario, dice Buchelli, la declaratoria queda en papel y hay el riesgo de que el organismo internacional retire el título.
Esta nominación tiene exigencias, como el manejo integral. “Estos títulos están sujetos a una evaluación, seguimiento y monitoreo y eso es cuantificable y verificable. Eso debe ser acatado y hay plazos para cumplirlo”, asegura Buchelli, quien fue director del Parque Nacional El Cajas.
La Subgerencia de Gestión Ambiental de la empresa Etapa ejecuta proyectos individuales en el cantón Cuenca, que es de su competencia. Son investigaciones que empezaron antes de la declaratoria como los monitoreos de mamíferos, anfibios y lagunas. También, protección de cuencas hídricas, programas de educación ambiental…
En los dos años lo único nuevo en la zona núcleo (Parque Nacional El Cajas y Quimsacocha) es la instalación de un radar meteorológico en el cerro Paragüillas, en marzo pasado. El instrumento fue donado por una fundación alemana y monitorea la lluvia, la humedad, la temperatura, entre otros.
El funcionamiento del equipo, una muestra fotográfica del macizo y los resultados de un año de trabajo se presentan hoy a la Subgerencia de Gestión Ambiental de Etapa, como parte del segundo aniversario de la Reserva de Biósfera.
Toral y Buchelli coinciden en que la zona núcleo tiene múltiples amenazas. La principal es que por el Parque Nacional atraviesan 15 kilómetros de la vía Cuenca-Molleturo-El Empalme. Y por allí transitan camiones con carga pesada.
Hay una ordenanza que prohíbe el paso de vehículos con sustancias tóxicas que podrían generar contaminación. Pero hay transportistas que tienen una licencia ambiental para transportar combustible. El paso vehicular también genera ruido que puede afectar al desarrollo de la fauna.
Otras amenazas son la destrucción del páramo por la práctica de actividades deportivas como el enduro y 4×4. Eso produce daños en la estructura del suelo y acaban con la capacidad que tiene para retener el agua, señala Toral.
En los cantones de Azuay, El Oro, Cañar y Guayas se ejecutan proyectos como la reforestación, pero no son parte específica de la declaratoria.