En Puerto López hay consternación por la muerte de Rosa Figueroa Mendoza, de 47 años.
Ella emigró hace 15 años a Venezuela y ayer se conoció, por medio de un familiar, que su cadáver fue hallado por las autoridades de ese país.
Estaba en medio de matorrales en el poblado de Valencia; a solo cuatro cuadras de la hostería donde la manabita trabajaba y también residía.
“Ella fue violada y luego estrangulada. Los compañeros del trabajo la encontraron y dijeron que se sorprendieron al ver el cuerpo”, contó ayer desde Manabí su hermano, Carlos Figueroa. “Eran las 09:00 del 13 de marzo, la Policía llegó al sitio donde fue abandonado el cuerpo y ofrecieron recabar las pistas necesarias para detener a los responsables”.
Rosa Figueroa dejó tres hijos en la orfandad; dos hombres de 24 y 18 años y una mujer de 22 años. Su tío (Carlos) afirmó que la familia es de escasos recursos y que no cuenta con el dinero para repatriar el cuerpo. “Hemos solicitado ayuda a la Secretaria Nacional del Migrante (Senami) y por suerte la respuesta fue inmediata”.
Nos han solicitado, agregó, el acta de defunción para iniciar los trámites. “Nos será imposible viajar a Venezuela. La ayuda de la Senami nos cayó del cielo porque a veces no tenemos ni para comer, nuestra situación es muy difícil”, señaló.
Ayer los hijos de la emigrante manabita viajaron a Guayaquil para insistir ante las autoridades y concretar la repatriación. Aseguraron que sus restos serán velados en Puerto López, donde su madre vivió la mayor parte de su vida.