Tras reunirse con Hugo Chávez, Lula anunció el inminente ingreso de Venezuela al Mercosur.
Dijo que el país caribeño finalmente adheriría al programa de desgravación arancelaria y esperaba que el Senado brasileño acepte la incorporación.
Lo de Argentina no es extraño: los Kirchner fueron los que impulsaron al candidatura de Chávez al principio, y además le deben mucho dinero. Lo que parece más extraño es lo de Uruguay: quizás esté más ligado y comprometido con Chávez que lo que aparenta y lo que el mundo cree.
Paraguay no ha aprobado el ingreso de Venezuela y por el momento no hay elementos para pensar que eso va a suceder: la mayoría del Congreso paraguayo tiene posición contraria al ingreso venezolano y los esfuerzos del presidente Fernando Lugo hasta ahora han fracasado.
Parecería, sin embargo, que este dato no es importante para Lula, pese a que la aceptación de un nuevo miembro debe contar con la aprobación de todo el bloque.
Pero esto no debería extrañar mucho porque los brasileños cuando hablan del Mercosur lo hacen como si fueran los dueños. Así lo han hecho siempre y más ahora que Argentina ha perdido peso y autoridad, merced a la triste gestión de los Kirchner.
Si en Brasil las cosas se dan como lo anuncia Lula, y esa debe ser la posición de Itamarati y, si no no lo diría, ello implica que ha habido algunos cambios.
¿Será, además, que Chávez pierde fuerzas y ya no es competencia para Brasil la carrera por el liderazgo sudamericano?
Hay elementos para creerlo así. Chávez, acreedor de los Kirchner, le pide préstamos a Brasil -la situación económica venezolana está difícil- y mientras estatiza empresas argentinas le dice a Lula que las empresas brasileñas no tienen ningún impedimento para desarrollar actividades en Venezuela.
Esta nueva relación, en tanto, debe ser una muy mala noticia para el Gobierno paraguayo y sus pretensiones de lograr un acuerdo más justo en torno a los beneficios que produce la Represa de Itaupú, de los que, la parte del león se la llevan los brasileños. Lugo esperaba, en ese tema, el apoyo de Chávez.
Y mientras se está a la espera de lo que hagan los senadores brasileños, qué pasa con las cláusulas democráticas y de respeto a los DD.HH. previstas en los estatutos del Mercosur, a las que deben someterse los miembros del bloque y quienes intenten ingresar a él. Chávez ese examen no lo salva.
Y esto lo insinuaba el propio Lula en febrero del 2007 tras una cumbre de Presidentes del Mercosur, y directamente lo señalaban legisladores, dirigentes políticos y la prensa brasileña en abierta crítica a los ataques a la libertad de expresión en Venezuela y los planes de Chávez para perpetuarse en el poder.
Es difícil que alguien puede creer que en esas materias algo ha cambiado, y menos mejorado, en Venezuela. ¿Lula, Itamarati, las FFAA. y senadores brasileños creen que sí?