Los ecuatorianos podrán acceder al sorteo de visas de diversidad de los Estados Unidos, para viajar y trabajar legalmente a ese país. Foto: Imagen referencial Archivo / EL COMERCIO
Son 12 años desde que el ambateño Julio Buenaño aplicó al sorteo de visas o visas de diversidad en la Embajada de Estados Unidos en Quito y resultara favorecido. En aquel tiempo, él perdió su trabajo como técnico en una conocida fábrica de cobijas y no tenía ingresos económicos para mantener a su esposa y dos hijas.
Llenó los formularios con los requisitos y entregó su información personal. A inicios del 2005 le notificaron que había sido elegido para entregarle la ‘green card’ y a mediados de ese año alistó maletas para viajar al estado de New Jersey (noreste). Los dos primeros meses estuvo solo, luego llegaron sus parientes.
“Teníamos un plazo de 90 días para salir del Ecuador (…) me anunciaron que gané la lotería y me dieron una fecha para salir a EE.UU., sino perdía la visa”. Cuando llegó, se hospedó en la casa de un amigo del colegio que vivía allí y comenzó a trabajar en una fábrica de puertas.
Han transcurrido 10 años para que los ecuatorianos fueran elegibles nuevamente en el sorteo de 55 000 visas de diversidad del 2018 (DV-2018). El programa concede las ‘green cards’ o tarjetas verdes de residencia permanente, mediante un sorteo, a quienes buscan el ‘sueño americano’. Tras obtener el documento, los beneficiarios podrán viajar y trabajar legalmente en EE.UU.
Históricamente, ese país registra el mayor ingreso de ecuatorianos con relación a otros. Datos del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC) refieren que en el 2014 salieron 500 232 ecuatorianos (ver cuadro de cifras). Las principales ciudades de destino fueron Miami y Nueva York.
Por otro lado, los anuarios de la Oficina de Estadísticas de Inmigración indican que 10 553 ecuatorianos obtuvieron su residencia legal y permanente en el 2013, mientras que en el 2014 fueron 10 871. Asimismo, según estadísticas de la Embajada de EE.UU. en Quito, en el 2015 se otorgaron 6 984 visas de inmigrante y 157 749 recibieron visas de no inmigrante (turismo, negocios, tratamientos médicos, entre otros).
Con el documento de turista, Cristóbal Lamar llegó a Nueva Jersey en 1999. Tras la crisis bancaria que azotó al Ecuador en ese año, su pequeña fábrica que confeccionaba ropa deportiva quebró y decidió irse a EE.UU. para mantener a su familia. Al principio trabajó en el gimnasio de una universidad y luego como vendedor de bienes raíces. También se ha desempeñado como dirigente de la Coordinadora del Migrante. Dice que allí hay colonias de ecuatorianos que se ubicaron en diferentes ciudades. Por ejemplo, un grupo de ambateños vive en Plainfiled, los quiteños en Belleville, los lojanos en Newark, los costeños en Elizabeth, entre otros.
Tras aprender inglés, él instaló su propia agencia que comercializaba casas, departamentos y otras propiedades. Lo acompañaba su hijo, hoy de 33 años, quien tiene el mismo nombre y obtuvo la Licenciatura en Derecho en la universidad Essex County College.
Lo mismo pasa en la familia de Buenaño, cuya hija de 21 años estudia enfermería. Su hermana, que cumplió 15, cursa el último año del colegio y está a la expectativa de escoger una carrera en un centro de educación superior. “Yo creo que me quedo unos 10 años más y regreso a Ecuador con mi esposa. Lo que más me interesa es que mis hijas estudien porque los profesionales acá son bien remunerados”.
Asegura que con la visa de diversidad logró sacar adelante a su familia, pero recomienda que se piense antes de migrar, pues las condiciones laborales son difíciles hasta que la persona se adapte a otro medio. Se demoró casi dos años en aprender inglés.
Luis Balladares, de 55 años, también vive en Estados Unidos desde que llegó, en 1985, tras arriesgarse a cruzar la frontera con México. Un año después obtuvo la nacionalidad por la amnistía que les otorgó el presidente Ronald Reagan y que regularizó a 2,7 millones de inmigrantes. Hoy, él preside la asociación denominada Ecuatorianos Unidos, que aglutina a 60 personas. De ellas, el 40% son indocumentados y el resto con papeles en regla. Vive de lo que maneja su propio camión.
Protección temporal
El anuncio de la lotería de visas ha generado expectativa entre la gente. En la Embajada de EE.UU. se han receptado cientos de preguntas de interesados. Susan Bridenstine, consejera de prensa, manifestó que este proceso no tiene relación con el Estatus de Protección Temporal o el programa de refugiados.
En mayo de este año, EE.UU. anunció que evalúa otorgar a los ecuatorianos, que viven en esa nación, el Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) a consecuencia del terremoto del 16 de abril que castigó a Manabí y Esmeraldas. Sobre el tema, Bridenstine explicó que en el tema se evalúa en el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos. “El proceso demora, tiene sus consideraciones y cuando tomen su decisión lo avisarán”.
La Protección Temporal es un permiso que Estados Unidos concede, de forma extraordinaria, a la gente de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales y que puede ser otorgado directamente por el Gobierno.
En contexto
Las postulaciones se inician el 4 de octubre y terminan el 7 de noviembre. Los resultados se conocerán el 2 de mayo del 2017. EE.UU. cambia cada año la lista de países elegibles para la lotería de visas de diversidad.