Xavier Basantes
Editor del Semanario LÍDERES
El anuncio del Banco Central del Ecuador (BCE) de poner en marcha una operación financiera con el uso de las reserva de oro (466 000 onzas), a través del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, además de las menciones de acceso a nuevos recursos provenientes de China, que se pueden concretar en el transcurso de los próximos días; sin dejar de lado la posibilidad de endeudarse con el Banco Mundial y hasta con el Fondo Monetario Internacional, aunque eso lo niega el Gobierno, mantiene atentos a los agentes económicos dentro y fuera del país.
El acceso a estos recursos, dejando de lado a China, muestra que el Gobierno busca otras fuentes de financiamiento que permitan cubrir el déficit en las finanzas públicas proyectado para este año, que suma USD 4 900 millones.
Para unos, es buena noticia que Ecuador haya regresado su mirada hacia los organismos multilaterales, porque puede obtener crédito más barato. Incluso el país mantiene entre sus planes, la posibilidad de acceder a más recursos (USD 700 millones), mediante la emisión de bonos en los mercados externos. Aunque aún persiste en la memoria de los acreedores internacionales, la moratoria en la que cayó en el 2008.
Mientras que para otros, la prisa con la que el Régimen ha actuado en la búsqueda de recursos en el exterior solo refleja que hay una necesidad de obtener más liquidez, para sostener el gasto público, sin afectar la continuidad de las grandes obras de infraestructura. Es decir, que se acabó la época de las ‘vacas gordas’ y nos aprestamos a vivir una época de ‘vacas flacas’.
Y no es descabellado pensar que eso esté sucediendo; el propio Gobierno anticipó que los años 2014 y 2015 serán difíciles para la economía nacional. Lo complicado sería que este escenario se prolongue más allá del 2016. Pero el Régimen puede necesitar más dinero. Solo bastan dos ejemplos: un fallo contrario en el proceso que se mantiene con la Oxy y los eventuales daños con el Fenómeno de El Niño.