Llegan donaciones de vegetales a zonas afectadas en Bahía

Los donativos de vegetales sorprendieron a los habitantes de Bahía de Caráquez. Foto: Víctor Muñoz/ EL COMERCIO

Los donativos de vegetales sorprendieron a los habitantes de Bahía de Caráquez. Foto: Víctor Muñoz/ EL COMERCIO

Los donativos de vegetales sorprendieron a los habitantes de Bahía de Caráquez. Foto: Víctor Muñoz/ EL COMERCIO

Tras su ascenso por vía conocida cariño, en Bahía de Caráquez, el camión de donaciones llegó la mañana del 6 de mayo hasta los refugios que se han improvisado tras el terremoto en Bahía. Niños y adultos se acercaban con la curiosidad de descubrir qué productos escondía la tela que cubría el cargamento.

Cuando finalmente la destaparon se sorprendieron al ver lechugas, tomates, cebollas y pimientos, productos que no están acostumbrados a recibir como parte de las donaciones. Jhon Michael Q., de cuatro años, no ocultó su felicidad al agarrar un tomate; se lo comió en ese instante. Varios pequeños imitaron su comportamiento y alzaron las manos para pedir más.

"Es la primera vez que nos traen verduras", dice Fabiola Jama, su madre. Jhon Michael vive con sus padres en el refugio de Bellavista, tras haber perdido su vivienda.

Al igual que los demás niños, ancianos y personas con discapacidad de la zona, se alimenta en el comedor del barrio que subsiste gracias a las donaciones. Antes, cuenta Diana Delgado, habitante de este barrio, el comedor funcionaba de otra manera. Los niños que se anotaban debían pagar USD 0, 20. Pero después del desastre está abierto para todos los menores de la zona.

En el refugio habitan 150 familias que perdieron su hogar. Cuando llegaron al lugar, al siguiente día del terremoto, Delgado realizó un censo de jefes de hogar, para asegurarse de distribuir las donaciones equitativamente.

Cuando llegó el camión esta mañana, guardó algunos vegetales para el comedor y otros los empezó a repartir a las familias que hicieron una fila a su alrededor para recordarle lo productos que más necesitan.

Mientras tanto, Patricio Pazmiño, seguía descargando los donativos del camión. El intenso calor no lo detenía a él ni a los demás voluntarios. Pazmiño es agricultor, él fue quien tuvo la iniciativa de donar su cosecha al escuchar sobre los daños ocasionados por el terremoto. No le importó dejar de vender en Quito por destinarlo a una buena causa, dice.

3 000 kilos de tomate, 3 000 lechugas, 3 000 raciones de pan y varios sacos con pimientos, cebolla blanca y ají forman parte de los donativos. También transporta agua purificada que fue donada por una empresa embotelladora de Cunuyacu, repelentes y pañales.

La ayuda fue coordinada por el padre Bruno De Los Santos, párroco de la Iglesia de La Merced, quien les ayudó a delimitar los puntos en los que es más necesaria la provisión de vegetales.

La intención es volver cada 15 días con cargamento de vegetales para que las personas afectadas puedan tener una fuente de alimentación saludable.

Esta mañana, los donativos fueron entregados también en otras zonas vulnerables de Bahía como el Refugio San Roque, donde están 110 familias, en el Refugio Montúfar y en el comedor Padre Dehon donde se alimentan 50 niños.

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